En Londres culminó un largo y tenso caso relacionado con espías rusos que operaban en territorio británico con ciudadanía búlgara

Chas Pravdy - 12 mayo 2025 19:26

La decisión judicial, emitida por un tribunal londinense, puso fin a una operación de gran escala que pudo haber puesto en serio peligro la seguridad del país. Según datos oficiales, el tribunal dictó severas condenas a seis búlgaros considerados agentes de la inteligencia rusa y que durante los últimos años se dedicaron a actividades de espionaje dirigidas contra los intereses británicos. El punto de partida del caso fue Orlin Rusev, de 47 años, quien desempeñaba el papel de líder de esta red de espías. Él admitió su culpabilidad y fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión por su participación en al menos seis operaciones destinadas a recolectar información que podría haber puesto en riesgo la seguridad nacional del Reino. Rusev actuaba en la sombra, realizando infiltraciones en varias instalaciones e instituciones importantes. Tampoco quedó fuera de la atención el subdirector de la red, Biser Dzhambazov, de 44 años. También confesó su culpabilidad y recibirá un poco menos: 10 años y 2 meses de cárcel. Durante la investigación se descubrió que Dzhambazov fue quien reclutó a una de las dos mujeres para llevar a cabo tareas de espionaje en el marco de esta operación. Katrina Ivanova, de 33 años, quien fue una de las dos mujeres implicadas, recibió casi nueve años y medio de prisión. Ella, en el pasado reclutada por Dzhambazov, actuaba casi en la línea del espionaje, intentando obtener información valiosa para la inteligencia rusa. Otra detenida, Vanya Gaberova, de 30 años, fue condenada a seis años y medio, además de un poco más: tres semanas. Ella cumplía funciones cercanas al espionaje, intentando obtener acceso clandestino a datos importantes que podrían haber afectado la situación de seguridad en el país. Además de ellas, fue sancionado Tihomir Ivanchev, de 39 años. Por actividades similares, será encarcelado por 8 años, teniendo en cuenta su buen comportamiento y el hecho de que su participación en la red de espionaje terminó antes de los primeros arrestos en 2023. El tribunal consideró este hecho al momento de emitir la sentencia. El sexto miembro del grupo, Iván Stoyanov, de 33 años, recibió cinco años y poco más de tres semanas de prisión tras admitir su culpabilidad. Aunque el tribunal enfatizó que su decisión de confesar en una etapa tardía tuvo poca importancia, sí influyó en la medida final de la condena. La Fiscalía de Gran Bretaña destaca especialmente que la actividad de los detenidos no se limitó a la observación y recolección de información. Según datos oficiales, sus acciones pudieron haber puesto en peligro vidas humanas — rastreaban periodistas, diplomáticos y militares ucranianos, lo que genera aún mayor preocupación por la magnitud y gravedad de esta operación de espionaje. Con anterioridad, medios internacionales, en particular la BBC, identificaron a dos mujeres consideradas participantes en esta red. Cabe señalar que la mayoría de los implicados aún se encuentran en libertad, lo que genera preocupación adicional. También se reportó que al menos tres ciudadanos búlgaros fueron vistos en diversos eventos en el parlamento británico, incluida una discusión sobre el Brexit en 2016. Esta decisión judicial subraya la creciente inquietud respecto a la actividad de los servicios secretos extranjeros en Europa y, en especial, en Gran Bretaña, donde, a pesar del alto nivel de seguridad y de un sistema avanzado de contrainteligencia, estos intentos de infiltración todavía no han sido detenidos. Una vez más, este caso confirma la conclusión: cualquier acción, por insignificante que parezca, puede tener consecuencias de largo alcance para la seguridad del Estado. Se espera que las sentencias de esta ocasión envíen una señal contundente a otras potenciales redes de espías y fortalezcan las medidas de protección para salvaguardar los objetos y los intereses del país tanto a nivel interno como internacional.

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