En Кремena reaccionaron duramente a las declaraciones de Occidente respecto a posibles sanciones y a la posible suspensión del fuego en Ucrania

La respuesta desde Moscú se produjo en vísperas de nuevas negociaciones diplomáticas y ante la creciente tensión en torno a la situación en las zonas ucranianas. En respuesta a las promesas de los gobiernos de Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia de aplicar nuevas restricciones sancionatorias contra Rusia en caso de que no se cumplan las condiciones de cese al fuego antes del 12 de mayo, en el Kremlin nuevamente se declaró la inadmisibilidad del uso de la llamada "lengua de ultimátums". Según el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, tales mensajes son "sumamente hostiles y no constructivos", ya que Moscú considera necesario mantener un diálogo directo y sustantivo sin alusiones a plazos extremados ni condiciones impuestas. Previamente, se había destacado que, según declaraciones del gobierno alemán, si para el final de este lunes no se logra establecer un alto el fuego en Ucrania, Berlín, junto con los aliados europeos, está preparando un nuevo paquete de sanciones destinado a ejercer aún mayor presión sobre el Kremlin. Esto provocó una dura reacción desde Moscú, que se opone a cualquier tipo de ultimátums y acusa a Occidente de imponer "escenarios unilaterales", lo cual, en opinión de Moscú, destruye las posibilidades de un diálogo constructivo. Junto con esta retórica política, los líderes de varios países europeos y de Reino Unido la pasada sábado solicitaron la suspensión de las hostilidades en Ucrania, proponiendo establecer un régimen de alto el fuego por 30 días, comenzando desde el lunes. Paralelamente, el canciller alemán, Olaf Scholz, y otros altos funcionarios presentaron esta iniciativa en conversaciones en Kiev, advirtiendo que aplicarían nuevas sanciones si Rusia no aceptaba detener los combates. El presidente francés, Emmanuel Macron, y sus colegas occidentales indicaron posibles medidas sancionatorias de gran escala en caso de que Moscú no ceda. Al mismo tiempo, el presidente ruso, Vladimir Putin, se abstuvo de dar una respuesta directa a la propuesta de una pausa de 30 días en las hostilidades. En cambio, señaló que en próximos días, el jueves, en Estambul, se espera un contacto directo con las autoridades ucranianas y manifestó su disposición a negociar, añadiendo que Moscú busca un "diálogo directo y abierto" con Kiev. En general, la situación en la crisis ucraniana vuelve a entrar en una fase de tensión diplomática, en la que Moscú llama a respetar su postura y rechaza las actitudes de ultimátum de Occidente, insistiendo en la posibilidad de mantener conversaciones constructivas y en la búsqueda de una solución diplomática. Esta posición crea dificultades adicionales para encontrar un acuerdo y detener el conflicto, que ya ha costado muchas vidas y ha causado destrucciones a gran escala.