El Papa Juan XIV en su primera alocución dominical hizo un llamamiento al mundo a realizar esfuerzos activos para alcanzar la paz en Ucrania y detener la pérdida de vidas en la región de Gaza

El domingo 11 de mayo, los seguidores del Vaticano y todos los fieles recibieron un enérgico llamado a la paz por parte del nuevo líder espiritual de la Iglesia Católica, el Papa Juan XIV. Su discurso desde la logia de la Basílica de San Pedro fue su primer pronunciamiento oficial desde su elección, y de inmediato capturó la atención de la comunidad internacional. En sus palabras, instó a la adopción de medidas urgentes para cesar los combates en Ucrania y en el sector de Gaza, destacando la necesidad de liberar rápidamente a los prisioneros y rehenes del conflicto. Este mensaje se convirtió en una voz que clama por la reconciliación y la humanidad en tiempos difíciles, así como una expresión de solidaridad con todas las víctimas de los conflictos bélicos. Dirigiéndose a los presentes y a los televidentes, el Papa Juan XIV pronunció con emoción: «¡Nunca más a la guerra!» — esta frase se convirtió en el leitmotiv de su discurso, resaltando la postura inquebrantable de la iglesia contra la guerra. Al hablar de la situación en Ucrania, subrayó la necesidad de lograr una paz inmediata y justa, llamando a las partes a abandonar las protestas y la violencia. En el contexto de los acontecimientos globales, el pontífice también se refirió a la situación en Gaza, pidiendo un alto el fuego y la liberación de todos los rehenes en esa región. Asimismo, destacó el ejemplo de la tregua entre India y Pakistán, que representa una señal de esperanza para todo el mundo. Le otorgó especial importancia a la advertencia de que el mundo actual está viviendo su «tercera guerra mundial fragmentada», recordando que las crisis y conflictos globales forman parte de una lucha mayor por la paz y la estabilidad. El pontífice no olvidó tampoco el aspecto histórico: recordó el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y llamó a recordar las lecciones del pasado para evitar nuevas tragedias. Antes de comenzar su mensaje, el Papa celebró una misa privada en la tumba de San Pedro en presencia del prior de la Orden de San Agustín. Durante ese tiempo, también realizó una oración ante la tumba del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, resaltando la unidad y el vínculo espiritual entre generaciones de líderes eclesiásticos. Al escoger el nombre de Juan XIV, el nuevo pontífice se convirtió en el primero en la historia de Estados Unidos y de toda la Iglesia en llevar ese nombre. Su elección generó gran interés entre los peregrinos y la prensa mundial, ya que la Plaza de San Pedro se encontraba abarrotada de fieles con banderas procedentes de todo el mundo. Esto demuestra la relevancia y la importancia del nuevo líder de la iglesia en el contexto global actual. Como antecedente de este evento, cabe mencionar la elección del cardenal estadounidense de 69 años, Robert Francis Prevo, como nuevo Papa el 8 de mayo, la cual generó una gran repercusión de inmediato. La elección del nombre Juan XIV — en honor a uno de los papas destacados de la historia de la Iglesia Romana — simboliza un deseo de consolidar la espiritualidad y las tradiciones históricas. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en sus felicitaciones por la elección de Juan XIV, expresó su esperanza de que el nuevo pontífice escuche los llamados a una paz justa y apoye abiertamente los esfuerzos para poner fin a los conflictos. Zelensky subrayó la importancia de dicho apoyo para fortalecer el diálogo internacional y la cooperación humanitaria. En resumen, las primeras palabras y acciones del nuevo Papa Juan XIV marcaron una etapa importante en la diplomacia mundial y la espiritualidad, resaltando el papel fundamental de la iglesia en la búsqueda de la paz y la humanidad en el mundo contemporáneo.