En el sur de Ucrania, nuevamente se registran pérdidas trágicas entre la población civil: en las últimas 24 horas, los ocupantes rusos han arrebatado la vida a otras cinco personas inocentes en las regiones de Donetsk y Jersón, lo que subraya la magnitud de los daños y la crisis humanitaria que lleva más de un año en curso
Según datos oficiales de las administraciones militares de Donetsk y Jersón, la situación permanece tensa y crítica en las regiones que nuevamente han sido sometidas a bombardeos. En particular, en la región de Donetsk, las fuerzas rusas privaron de la vida a tres residentes en Novohatske, y en Klynevoje fue asesado otro habitante local. Además, en un día de situación difícil, ocho personas más resultaron heridas y actualmente están en hospitales. Esto evidencia los ataques constantes del enemigo contra el sector residencial de Donetsk, que implacablemente destruye la vida privada y genera mayor tensión entre la población civil. En Jersón, la situación también sigue siendo extremadamente tensa. Según información oficial, como resultado de un ataque ruso, murió un residente de la región, y cinco más resultaron heridos de diversa gravedad. Los bombardeos del enemigo dañaron al menos diez viviendas particulares, lo cual indica una táctica deliberada de destrucción de infraestructura civil. No menos importante es el hecho de que varias automóviles particulares también fueron dañados, otro ejemplo del poder destructivo del ejército de ocupación. Primordialmente, las zonas residenciales han sido dañadas, y los civiles permanecen en constante peligro debido a los despiadados bombardeos. Testigos informan que las fuerzas ocupantes disparan frecuentemente sobre áreas residenciales sin distinción, destruyendo propiedades privadas y creando un ambiente de miedo y estrés. A pesar de estas destrucciones, los residentes de las regiones intentan sobrevivir y esperar ayuda, mientras las autoridades llaman a una mayor atención internacional y al fin de la violencia. En general, la situación en el sur de Ucrania sigue siendo preocupante y genera profunda inquietud respecto al desarrollo de los acontecimientos en la región. Los daños masivos, las pérdidas humanas y la crisis humanitaria evidencian la necesidad de incrementar la atención internacional hacia esta tragedia y buscar vías para una pronta cesación de las acciones hostiles, con el fin de detener numerosas muertes y permitir que los habitantes locales puedan recuperar una semblanza de paz y estabilidad.