De lo “Acuerdo sobre recursos minerales” entre Ucrania y Estados Unidos, probablemente no se espere un beneficio financiero significativo durante al menos diez años, advierten analistas y expertos del sector
Aunque las declaraciones oficiales sobre la firma de este documento resaltan su importancia política y estratégica para ambos países, las perspectivas reales de obtener beneficios serán probablemente evidentes mucho más tarde. Las evaluaciones de especialistas en recursos naturales aseguran que en países con una industria minera desarrollada, como Canadá o Australia, la implementación de proyectos de extracción de minerales suele tomar de 10 a 20 años. En Ucrania, sin embargo, este período, dada la situación actual, podría extenderse significativamente más. El principal problema sigue siendo la destrucción de la infraestructura debido a la prolongada guerra a gran escala. Los sistemas energético, de transporte y logístico del país han sufrido daños importantes, lo que dificulta el inicio y desarrollo de cualquier trabajo minero. Al mismo tiempo, la mayoría de los yacimientos permanecen insuficientemente explorados — la falta de una investigación geológica completa complica la evaluación de su rentabilidad económica. En esta situación, a los inversores potenciales les resulta difícil justificar inversiones en un país que se encuentra en guerra y en situación de inestabilidad. “Si alguien imagina que todos los minerales de Ucrania comenzarán a exportarse en masa en unos pocos años, eso es una ilusión. La realidad es que los inversores serán cautelosos y buscarán alternativas dignas en países donde la seguridad y la estabilidad son mucho mayores”, afirma Adam Webb, jefe del departamento de minerales en la consultora internacional Benchmark Minerals Intelligence. Él añade que otro obstáculo importante para el desarrollo de los yacimientos ucranianos es su ubicación en zonas de ocupación. Algunos yacimientos prometedores y, en teoría, rentables, se encuentran en territorios controlados por Rusia, y el acuerdo firmado entre Ucrania y EE.UU. no contiene garantías claras de seguridad para los inversores ni para las empresas que allí operan. Al mismo tiempo, en Washington afirman que los intereses estadounidenses ayudarán a frenar la agresión rusa y a proteger estos recursos estratégicos. Según información oficial del Ministerio de Finanzas de Ucrania, en 2024 el Estado recibió alrededor de 47,7 mil millones de hryvnias (casi 1 mil millones de dólares) en concepto de regalías y pagos por el uso de recursos naturales. Sin embargo, las posibilidades reales de obtener beneficios con los nuevos acuerdos en este campo siguen en duda. El fondo conjunto creado con EE.UU. en virtud de este acuerdo solo acumulará fondos provenientes de licencias cuya emisión será regulada por un nuevo enfoque. Los ritmos históricos de emisión de licencias en el país desde 2012 hasta 2020 no son optimistas: en ese período se emitieron aproximadamente 20 licencias para petróleo y gas, una para grafito, una para oro, dos para manganeso y una para cobre. La cronología de este acuerdo con EE.UU. comenzó en la noche del 1 de mayo, cuando, tras completar el centésimo día del mandato de Donald Trump, Ucrania y Estados Unidos firmaron el “Acuerdo sobre recursos minerales”. Ese mismo día, el Gabinete de Ministros de Ucrania presentó al Parlamento un proyecto de ley para ratificar dicho acuerdo. Se planteó que, según sus condiciones, en el país se crearía el “Fondo de Inversión Americana-Ucraniana para la Reconstrucción”, que, según la vicepresidenta Julia Sviridenko, podría comenzar a operar y atraer inversiones en el sector de extracción de minerales estratégicamente importantes en unos pocos meses tras la ratificación. Considerando todos los riesgos e incertidumbres, las principales cuestiones permanecen abiertas. ¿Podrá Ucrania, en las condiciones actuales, atraer suficientes inversiones para la explotación completa de sus yacimientos? ¿Qué tan rápido podrán ser restauradas las infraestructuras dañadas? Y lo más importante: ¿podrá el país garantizar un acceso seguro a sus recursos en las regiones ocupadas? La rapidez con la que se resuelvan estos asuntos determinará cuándo la industria minera ucraniana podrá comenzar a generar ingresos reales en el presupuesto y a proveer recursos para el desarrollo futuro del país.

