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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha realizado una declaración contundente respecto a las nuevas medidas más estrictas contra los países y empresas que adquieren petróleo iraní

Chas Pravdy - 01 mayo 2025 22:21

En su publicación en la plataforma Truth Social, anunció un plan para implementar sanciones secundarias, lo que en la práctica implica ampliar la presión económica sobre Teherán y responsabilizar a los sujetos extranjeros que continúan comprando petróleo iraní a pesar de las medidas de aislamiento. Según Trump, cualquier persona física o jurídica que importe cualquier cantidad de petróleo iraní o productos petroquímicos quedará automáticamente sujeta a las «sanciones secundarias». Esto restringirá significativamente su capacidad para hacer negocios en Estados Unidos o para utilizar los recursos financieros, comerciales y otros recursos estadounidenses. La declaración del ex-presidente de EE.UU. se convirtió en una de las más firmes en el contexto de la política vigente contra Irán y tiene como objetivo detener la principal fuente de ingresos de ese país — la venta de petróleo. Esto representa una escalada de la presión estadounidense sobre Teherán, con quien Washington mantiene negociaciones tensas respecto a su programa nuclear. Actualmente, estos esfuerzos diplomáticos han llegado a un callejón sin salida, ya que se ha pospuesto la próxima ronda de consultas entre Estados Unidos e Irán debido a dificultades logísticas, según informa «European Pravda». La administración estadounidense insiste en sus demandas de que Irán abandone sus intenciones de desarrollar armas nucleares y detenga la enriquecimiento de uranio. Sin embargo, Teherán sostiene que no tiene intención de aceptar la demolición de sus centrifugadoras ni reducir el nivel de enriquecimiento de uranio por debajo de los límites establecidos en el acuerdo de 2015. Los representantes iraníes han declarado en varias ocasiones que no congelarán ni destruirán sus reservas nucleares, y consideran inaceptables esas condiciones. Mientras tanto, en los círculos diplomáticos se observa un interés marcado en explorar nuevos formatos de negociación. Según informes, los representantes de Francia, Reino Unido y Alemania — los principales participantes del acuerdo nuclear de 2015 — han acordado reunirse nuevamente con Teherán antes del próximo ciclo de consultas entre Irán y Estados Unidos. Hasta ahora, buscan encontrar una vía diplomática para aliviar la tensión, que actualmente predomina en las relaciones entre Washington y Teherán, y desean restablecer la implementación del acuerdo o lograr una resolución diplomática de la situación. Las sanciones financieras impuestas por Trump y la interrupción de los flujos financieros tienen un impacto significativo en la economía iraní, que ya siente las consecuencias de estas medidas — restricciones en la exportación de petróleo, disminución de las reservas de divisas y reducción del ingreso interno. Al mismo tiempo, Irán continúa insistiendo en su derecho a mantener sus instalaciones y recursos nucleares, lo que complica la búsqueda de una solución de compromiso y el regreso al acuerdo internacional. Por lo tanto, la etapa actual de negociaciones diplomáticas con Irán se caracteriza por un alto nivel de tensión y riesgos crecientes para la estabilidad de la región. La introducción de sanciones secundarias y las llamadas a los socios internacionales para detener las compras de petróleo iraní reflejan la intención de EE.UU. de aumentar la presión económica y forzar a Teherán a hacer concesiones, lo cual resulta sumamente difícil en la actualidad. La comunidad internacional observa con esperanza el desarrollo de los acontecimientos, ya que su desenlace influirá no solo en la seguridad en el Medio Oriente, sino también en la estabilidad global en el ámbito de los recursos energéticos.

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