La Unión Europea se prepara para el peor escenario: se ha confirmado la existencia de un «Plan B» para mantener las sanciones contra la Federación Rusa en caso de veto por parte de Hungría

Chas Pravdy - 30 abril 2025 23:29

La Unión Europea está trabajando activamente en estos días en la formulación de mecanismos adicionales de respuesta ante posibles desafíos hipotéticos en la política de sanciones contra Rusia. Según informan fuentes de alto nivel, en Bruselas ya se ha elaborado un conocido «Plan B», cuyo objetivo es garantizar la conservación de las medidas restrictivas vigentes en caso de que Hunghria bloquee su extensión dentro de la UE. La jefa de la diplomacia de la UE, Kepka Kaljulaid, declaró abiertamente en una entrevista al medio francés Financial Times que en algunas capitales europeas se realizan debates activos sobre posibles escenarios de desarrollo en caso de un *giro* en la postura de Estados Unidos respecto a la cuestión ucraniana. Según ella, la administración de Trump, que podría, incluso de manera provisional, abandonar los «esfuerzos pacíficos» respecto a Ucrania, tiene la potencialidad de reiniciar las relaciones con Moscú, lo que pondría en duda la disposición de la UE para seguir apoyando a la nación ucraniana. Kaljulaid señaló que políticos de varias capitales ya discuten opciones sobre si continuar trabajando dentro de la estrategia actual o adoptar acciones más radicales. Resaltó: «Claramente, se están sosteniendo debates para decidir si debemos, en general, apoyar a Ucrania si Estados Unidos renuncia a seguir ayudando». Al mismo tiempo, la diplomática advirtió que muchos de ellos esperan que Europa pueda evitar tal escenario, aunque advirtió: «Lamentablemente, esa es una esperanza ilusoria, ya que Rusia, que actualmente invierte más del 9% de su PIB en necesidades militares, buscará aprovechar cualquier oportunidad para recuperar sus posiciones y activar su agresión». La UE presta especial atención a la posibilidad de mantener el régimen de sanciones independientemente de las acciones de Hungría. Como mencionó Kaljulaid, en Bruselas ya se ha definido un «Plan B», cuyo principal objetivo es neutralizar lo que llaman el veto húngaro — una de las posibles medidas sería aprobar decisiones sobre sanciones por parte de ciertos Estados miembros. Un ejemplo citado es la posibilidad de que Bélgica aplique su base legislativa para tomar una decisión sobre el congelamiento de activos rusos. Según informaciones recientes, en Bruselas están preocupados por la constante bloqueo de decisiones clave por parte de Hungría y están considerando opciones para limitar su voz en los órganos superiores de la UE. Asimismo, en los círculos diplomáticos se subraya que la lucha política actual en torno a las sanciones no es solo un asunto de mostrar falta de unidad, sino también un llamado a desarrollar una estrategia capaz de resistir los desafíos. Diplomáticos de toda Europa mantienen negociaciones activas con Washington y socios internacionales para buscar mecanismos que garanticen la continuidad del régimen de sanciones, incluso en medio de diferencias internas en la UE. Cabe añadir que anteriormente aparecieron reports en los medios sobre la posibilidad de tomar decisiones sobre sanciones a nivel de Estados miembros. Se informó, por ejemplo, que Bélgica podría adoptar una resolución ajustada, de acuerdo con su legislación y actos estatales. Probablemente, uno de estos pasos sería emitir un decreto real para congelar activos rusos por un monto de hasta 190 mil millones de euros, lo que permitiría evitar el bloqueo de tal decisión a nivel de toda la Unión Europea. Al mismo tiempo, fuentes señalan que la situación con Hungría ya genera un creciente malestar en la comunidad europea. Según datos, Bruselas considera cada vez con más intensidad la posibilidad de privar a Hungría del derecho a votar en el Consejo Europeo, en caso de que el bloqueo de Viorkov continúe y obstaculice la adopción de decisiones importantes en los ámbitos de seguridad y economía. En conclusión, la Unión Europea se prepara para los peores escenarios en medio de divisiones internas respecto a la política de sanciones, en los que la capacidad de actuar rápidamente y con determinación para mantener una postura unificada en el apoyo a Ucrania y la lucha contra la agresión de Rusia será fundamental. Las instituciones políticas y diplomáticas trabajan activamente en la creación de una base legal adecuada y en alianzas internacionales para, si fuera necesario, aplicar todos los mecanismos disponibles y garantizar la continuidad de la presión sobre el régimen ruso, independientemente de las disputas internas en los propios países de la UE.

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