100 días en el cargo: Trump se jactó de una dura política de inmigración y aranceles contra China
Durante el período en el que hasta hace poco en la Casa Blanca se contaban los primeros 100 días de mandato presidencial, Donald Trump decidió no dejar pasar esta importante fecha sin hacer declaraciones ruidosas. En una reunión en Michigan, dedicada a esta fecha, el expresidente más influyente de EEUU se dispuso a presumir de logros que, según él, marcan la llegada de la reforma más decisiva y profunda en el gobierno estadounidense en casi un siglo. En su discurso, se centró en temas como las duras medidas de inmigración y los aranceles económicos dirigidos contra China. El primer mitin presidencial tras asumir el cargo se convirtió en una plataforma para mostrar declaraciones inspiradas y promesas ambiciosas. Trump afirmó que bajo su liderazgo ocurrieron "los cambios más profundos en Washington en casi cien años" y firmó que su equipo "está salvando el sueño americano". Esto debe entenderse como una confirmación de que su política está dirigida a una transformación radical no solo del sistema político, sino también de la esfera social y económica de EE.UU. Uno de los mensajes clave de su intervención fue destacar reformas revolucionarias en esta administración, a la que Trump calificó como una "revolución del sentido común", y que percibe como un equilibrio entre la política de inmigración y la estrategia económica. Como prueba, mostraron pantallas grandes con videos de agentes de policía deportando inmigrantes ilegales del país. Trump mismo no ocultó su indignación por el hecho de que la administración anterior, de Biden, permitiera que "inmigrantes violaran y mataran" a ciudadanos estadounidenses, y prometió devolver el orden sinceramente. "Puedo decir que esta horrible traición ha terminado. La expulsión de invasores no es solo una promesa electoral, sino mi solemne deber como comandante en jefe. Debo hacerlo — para salvar nuestro país", afirmó, proclamando que luchar contra la entrada ilegal al país se convirtió en su principal prioridad. Por supuesto, la atención de Trump no se centró solo en cuestiones de inmigración. Subrayó que su gobierno logró cifras récord en la reducción del número de cruces ilegales en la frontera de EE.UU. Además, el exmandatario presumió de sus logros económicos, alegando que bajó significativamente los precios de los bienes básicos, incluyendo los huevos. "Tuvimos una victoria en las elecciones, y ya en la primera semana en el cargo comenzaron a gritarme por el precio de los huevos", bromeó Trump, destacando que esto no tiene nada que ver con su política. Según él, los precios de los huevos "bajaron un 87% en Pascua" — una aparente referencia al éxito en la reducción de precios en general, que él presenta como un logro suyo. Además, Trump informó que los precios de la gasolina, los alimentos y los medicamentos con receta también disminuyeron. "Todo bajó", resumió sus logros económicos. Al mismo tiempo, tocó un tema importante: los aranceles, y recordó que China "ha robado más empleos a EE.UU. que cualquier otro país en toda la historia". En su discurso, se expresó la convicción de que con los aranceles impuestos, EE.UU. "poner fin al robo más grande de empleos en la historia mundial". Trump no ocultó que puede existir un entendimiento entre EEUU y China, pero resaltó que cualquier futura colaboración debe ser honesta y mutuamente beneficiosa. "Creo que esto funcionará — dijo. — Quieren cerrar un acuerdo y nosotros podemos hacerlo, pero solo si hay honestidad". Uno de sus principales logros fue la firma de una orden que busca mitigar el impacto negativo de los aranceles en los fabricantes de autos estadounidenses. Además, Trump afirmó que su administración "prohibió cualquier censura gubernamental y restauró la libertad de expresión en Estados Unidos". Según él, puso fin a la "ilegalidad" en los temas de "diversidad, igualdad e inclusión", así como en el sector federal y privado, mediante una orden que reconoce solo dos géneros. En general, este período de los primeros 100 días en el cargo lo convirtió el exempresario y outsider político en un reto al enfoque tradicional de gobernar y en un intento de demostrar su capacidad para cambiar rápida y drásticamente el statu quo. El expresidente de la Casa Blanca, desde el escenario en Michigan, volvió a demostrar confianza en sus fuerzas y prometió una nueva ola de reformas y una "política dura" que, en sus palabras escuetas pero definitorias, "cambiará Estados Unidos para siempre".