En Rusia, un ciudadano ucraniano de Melitópol ha sido condenado a 27 años de prisión por supuestamente intentar envenenar a militares rusos, informa el Tribunal Militar del Distrito Sur

Chas Pravdy - 29 abril 2025 20:23

Con respecto a Yegor Semenov, quien actualmente está detenido, se emitió una sentencia condenatoria en el marco de un caso penal que ha causado un gran revuelo en los círculos de información y aplicación de la ley en Rusia. Según la información oficial del tribunal, el ucraniano fue declarado culpable de terrorismo y traición a la patria. De acuerdo con la decisión judicial, se le impuso una pena de 27 años de prisión en una colonia penitenciaria de régimen estricto, de los cuales los primeros cinco deberá pasar tras las rejas. Esta condena constituye una de las más largas impuestas a ciudadanos ucranianos en el territorio ruso en los últimos tiempos. A juicio de las autoridades, en febrero de 2023 Semenov supuestamente conspiró con los servicios de inteligencia ucranianos y comenzó a preparar un delito — organizar un posible envenenamiento a militares de la armada rusa en entrenamiento en la Escuela Militar de Aviación de Armavir. Según la investigación rusa, el ucraniano grabó un video en ucraniano en el que expresaba su intención de colaborar con el Servicio de Seguridad de Ucrania y las Fuerzas Armadas de Ucrania. Posteriormente, Semenov recibió la tarea de organizar y llevar a cabo un acto de envenenamiento dirigido a los graduados de la escuela. De acuerdo con la acusación, el hombre debía llevar a un banquete festivo en octubre de 2023, planificado en el marco de la ceremonia de graduación, bebidas alcohólicas y una tarta con una sustancia tóxica. Semenov, detenido a finales de octubre, presuntamente, durante la investigación, estudiaba el lugar del evento — planificaba la disposición de la sala, registraba la ubicación de ventanas, mesas y cámaras de videovigilancia, además de encargar a través de un mensajero el pastel y las sustancias tóxicas. Según la investigación, el 20 de octubre de 2023, entregó parte de la "provisión" en un restaurante. No obstante, la ejecución completa de la amenaza fue frustrada: los militares rusos, al recibir las bebidas y la tarta, se negaron a consumirlos tras enterarse de la posible presencia de veneno sospechoso. Como resultado, a finales de octubre, Semenov fue detenido por las fuerzas del orden. Inicialmente, se le acusó por artículos de terrorismo y traición a la patria (p. "a" del artículo 205 y artículo 275 del Código Penal de la Federación Rusa), delitos que en la legislación rusa corresponden entre los más graves y que pueden conllevar prisión de por vida o incluso la pena de muerte si se dicta tal sentencia. El trasfondo de este caso tiene otra particularidad: a finales de septiembre de 2023, en Krasnodar y en la ciudad de Armavir en Rusia, fue arrestado un ciudadano ucraniano de 24 años por un delito administrativo por vandalismo y perturbación menor del orden público. La detención de Semenov ocurrió en Stavropol durante un intento de volar a Moscú, informó un popular canal de Telegram "Baza". Los periodistas confirmaron que en ese momento fue detenido por 15 días, aunque posteriormente su caso fue clasificado como infracción administrativa. Estos últimos arrestos y condenas evidencian un aumento en la atención de los servicios especiales rusos hacia los ciudadanos ucranianos, supuestamente activos en territorio ruso en acciones contra las fuerzas militares rusas — especialmente en el contexto de la guerra en curso. Sin embargo, estos casos suelen generar dudas sobre su objetividad, la evidencia y la legalidad del proceso. Para Ucrania, este caso representa una prueba más de la complejidad de las relaciones diplomáticas y la tensión política entre los dos países. En la ciudad de Melitópol, actualmente bajo control ucraniano, este episodio también ha causado preocupación entre los residentes locales, ya que para muchos Semenov permanece como un ejemplo de resistencia contra la agresión rusa y una manifestación de protesta contra la política de ocupación. Al mismo tiempo, las fuentes oficiales rusas enfatizan que el caso de Semenov es una prueba de la lucha contra "las amenazas a la seguridad nacional" y contra los "agentes extranjeros" que actúan en contra de Rusia. El proceso de este caso continúa generando un amplio revuelo en la opinión pública tanto en Rusia como en Ucrania, planteando cuestiones sobre los derechos y libertades de los ciudadanos ucranianos en el extranjero, los límites de la persecución penal en el contexto de conflictos políticos, así como los posibles próximos pasos en este asunto y su impacto en el conflicto actual entre ambos países.

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