En el Kremlin insinúan que Rusia no está dispuesta a aceptar un alto el fuego prolongado, especialmente un cese del fuego de 30 días, que fue propuesto anteriormente por el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky

Chas Pravdy - 29 abril 2025 12:19

Esta declaración se hizo justo antes de las negociaciones esperadas y genera nuevas preocupaciones sobre la posibilidad de lograr una paz a largo plazo en el conflicto. El portavoz del presidente de Rusia, Dmitri Peskov, en un comentario a TASS, no pudo ocultar que en el Kremlin todavía persiste una gran reticencia o escepticismo respecto a la idea de un alto el fuego prolongado sin una comprensión clara de sus condiciones. Al ser preguntado si en el Kremlin estaban familiarizados con la propuesta de Ucrania de un cese del fuego inmediato y de larga duración (30 días), Peskov respondió con cautela: «Sí, hemos visto esa declaración. Pero si hablamos de un cese del fuego prolongado, sin duda, son importantes los mismos matices de los que habló anteriormente el presidente Vladimir Putin en el Kremlin. Son detalles importantes, y sin tenerlos en cuenta, es difícil hablar de la posibilidad de un alto el fuego a largo plazo». No especificó a qué matices se refería, solo enfatizó que estas cuestiones siguen abiertas. Al mismo tiempo, Peskov mencionó otro ejemplo de buena voluntad por parte del Кремль — el anuncio de un alto el fuego de tres días por parte del presidente ruso Vladimir Putin durante el 80 aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, que fue un gesto de buena voluntad. Según el portavoz, entonces Putin dio un paso hacia los demás y anunció una pausa temporal en las hostilidades para conmemorar una fecha importante de la historia. Sin embargo, señaló que la reacción de las autoridades ucranianas ante este paso fue impredecible: «No hemos escuchado una respuesta oficial del régimen de Kiev. Ahora es difícil decir si el régimen ucraniano planea unirse a este gesto o no». Cabe señalar que esta iniciativa de Rusia de un alto el fuego de tres días fue anunciada aún el 28 de abril, cuando en el Kremlin informaron que Putin había decidido unilateralmente declarar una pausa en las operaciones militares en el evento del 80 aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Las autoridades rusas afirmaron que esta decisión era una muestra de humanismo y respeto por los fallecidos, y llamaron a Ucrania a tomar una medida similar. Al mismo tiempo, Moscú expresó la esperanza de que las autoridades ucranianas apoyaran esto y consideraran el valor simbólico de esa fecha. analistas y expertos en política exterior ya señalan que con este paso, el Kremlin, en la práctica, hizo otro intento de mostrar su «buena voluntad» y simuló estar dispuesto a hacer concesiones. Sin embargo, también surgen dudas sobre la verdadera disposición de las autoridades rusas a sostener un acuerdo de paz a largo plazo, con garantías inequívocas y condiciones claras que puedan evitar una escalada adicional. Mientras tanto, el lado ucraniano, que anteriormente proponía considerar un formato de negociaciones trilateral y la idea de un cese del fuego de 30 días para crear una tregua motivada, aún no ha reaccionado oficialmente a esta iniciativa. Los representantes de Kiev subrayan que cualquier cese de hostilidades debe ser justo, prolongado y con garantías de seguridad, además de la devolución de los territorios ocupados. Indicaron que, sin acuerdos concretos y garantías, cualquier «gesto de buena voluntad» por parte de Rusia parece más un acto político que pasos reales hacia la paz. Por lo tanto, la serie de declaraciones y acciones del Kremlin demuestra que Moscú no tiene prisa por llegar a acuerdos detallados sobre un alto el fuego prolongado; en los pasillos permanecen muchos matices y condiciones no especificados que determinarán el rumbo de futuras negociaciones. Al mismo tiempo, los funcionarios ucranianos mantienen una actitud cautelosa y enfatizan que cualquier esfuerzo para detener la guerra requiere una solución a largo plazo y sistemática. Es evidente que las próximas semanas mostrarán qué tan reales son las intenciones de ambas partes y si el proceso de negociación puede avanzar hacia un resultado concreto, o si, por el contrario, nos enfrentamos nuevamente a intentos de Occidente y Ucrania de cambiar la situación por medio de la fuerza o la diplomacia. Se esperan noticias y, probablemente, nuevos intentos de encontrar un entendimiento en la parte más compleja de la historia moderna de Ucrania y Rusia.

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