El Kremlin promueve activamente nuevos representantes religiosos para intensificar su influencia en Ucrania: el GRU revela detalles

Rusia vuelve a utilizar el factor religioso para lograr sus objetivos estratégicos en Ucrania. Según información de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, el Kremlin ha designado a una serie de nuevos "coordinadores eclesiásticos" en la Iglesia Ortodoxa Rusa, que deben ser utilizados para difundir la ideología del "mundo ruso" bajo la apariencia de una misión religiosa. Esto representa un nuevo intento de Moscú de aumentar su influencia en nuestro país mediante manipulaciones en el ámbito de la espiritualidad y las instituciones religiosas. Según datos de la inteligencia ucraniana, en la lista de nuevos dirigentes se incluyen altos funcionarios que tendrán la tarea de establecer y colaborar activamente con estructuras pro-rusas en Ucrania. Entre ellos se encuentra el Metropolitano Antoniy (en su nombre civil Anton Severuk), quien encabeza el departamento de relaciones exteriores de la Iglesia Ortodoxa Rusa y mantiene contacto directo con representantes de círculos religiosos internacionales. Según los servicios secretos ucranianos, él será responsable de promover los intereses del Kremlin a través de la diplomacia eclesiástica, utilizando su capacidad diplomática para establecer vínculos con el clero pro-ruso y organizaciones religiosas en el extranjero. Además, en la lista de los "coordinadores" también figura el Metropolitano Dionisio (en su nombre civil Petro Porubay), quien ocupa el cargo de metropolitano de Omsk y Távriya. Su papel será promover activamente la ideología del "mundo ruso" entre los fieles y comunidades religiosas con tendencias pro-rusas, así como facilitar la difusión de mensajes específicos en círculos eclesiásticos que influyen en la opinión pública. Otro personaje incluido en esta lista es el Metropolitano Pavel (Giorgi Ponomaryov), quien actúa como representante patriarcal en la Diócesis de Moscú en países de "próximos lazos" (espacio postsoviético). Su misión será coordinar y controlar la labor de la Iglesia Ortodoxa Rusa en los territorios occidentales, además de establecer contactos y promover los intereses de Kremlim entre las diásporas ortodoxas. La lista también incluye al Metropolitano Vársonofiy (Anatoliy Sudakov), quien dirige la Diócesis de San Petersburgo. Es conocido por sus estrechos vínculos con las estructuras de las agencias de seguridad rusas y por su experiencia en operaciones de información y propaganda dirigidas a crear un orden informativo pro-ruso en los espacios internos y externos de información. La fuente de inteligencia destaca que la tarea principal de estos "líderes eclesiásticos" es organizar y coordinar contactos con organizaciones religiosas en territorio ruso, así como con elementos pro-rusos en Ucrania. Deben cumplir las órdenes de los servicios secretos rusos, transmitiendoles información y facilitando la realización de provocaciones para alcanzar los objetivos geopolíticos del Kremlin. Parte de esta estrategia es fortalecer la red de agentes pro-rusos, influir en la opinión pública y utilizar las estructuras espirituales para preparar y ejecutar escenarios de destabilización. Como antecedentes de esta información, se menciona la hora de tensión del 22 de abril, cuando el Servicio de Seguridad de Ucrania y la Oficina del Fiscal General divulgaron sospechas contra 14 altos jerarcas de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Entre ellos, aquellos que ayudaron al Kremlin a intentar destruir la integridad territorial de Ucrania, difundiendo propaganda pro-rusa y facilitando acciones de desestabilización. Estos pasos evidencian una política sistemática de Rusia para involucrar la esfera religiosa en sus manipulaciones geopolíticas, utilizando la jerarquía eclesiástica para promover el "mundo ruso" y afianzar su influencia en el espacio informativo ucraniano. Tal estrategia genera una preocupación profunda en las autoridades y sociedad ucraniana, ya que socava la seguridad nacional y pone en riesgo la estabilidad del Estado.