Donald Trump bromeando expresó su deseo de ocupar el cargo de Papa, diciendo que él mismo se escogería para ese importante y prestigioso puesto espiritual

En un comentario dirigido a los periodistas el 29 de abril, el ex presidente de Estados Unidos reaccionó con humor a las próximas elecciones del nuevo líder de la Iglesia católica, confesando: «Si dejamos las cosas en serio, ¿el Papa? Probablemente me gustaría ser él. Sería mi primera opción, para ser honesto». Sin embargo, posteriormente, Trump destacó que su broma era solo eso, y que no favorece a ninguno de los candidatos que compiten por el puesto del próximo Papa. Al mismo tiempo, mencionó al arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, insinuando que él tiene altas probabilidades de acceder a esa posición. «Tenemos un cardenal de Nueva York — un hombre muy bueno. Veremos qué sale de esto», añadió en la conversación, mostrando un buen sentido de ironía. Cabe señalar que para Trump, quien durante toda su vida se asoció con la fe protestante, esta declaración fue un paso inesperado. En 2020, afirmó públicamente que no pertenece a ninguna confesión churchiana en particular, aunque anteriormente lo habían acusado de pertenecer a la iglesia presbiteriana, lo que generó muchas hipótesis sobre sus convicciones religiosas y su relación con la Iglesia católica en general. En medio de los comentarios irónicos de Trump, en el Vaticano informaron oficialmente que el proceso para la elección del nuevo Papa comenzará el 7 de mayo. La elección de la nueva figura espiritual se realizará en un cónclave a puerta cerrada y en secreto, conforme a la tradición. Esta fecha fue aprobada en una reunión especialmente reservada de altos cargos de la iglesia, celebrada en el Vaticano después del cónclave que tuvo lugar el sábado pasado. Es la primera reunión de este tipo tras el funeral del Papa Francisco, que dejó vacante este prestigioso puesto y generó debates sobre el futuro liderazgo espiritual de la Iglesia católica. Mientras tanto, la prensa mundial discute activamente sobre quiénes podrían ser los candidatos a ocupar el cargo del nuevo Papa. Los expertos y analistas ya emiten sus predicciones sobre quién tiene mejores posibilidades de convertirse en el próximo líder espiritual de la Iglesia Católica. En particular, se presta especial atención a figuras como el arzobispo Timothy Dolan de Nueva York, líder de la jerarquía eclesiástica local, quien recibe apoyo en algunos círculos por su conservadurismo religioso y experiencia. Se espera que durante el cónclave haya intensos debates y ceremonias políticas cuyo objetivo principal será definir y elegir a un auténtico nuevo líder espiritual, capaz de unir a la iglesia en tiempos difíciles, de desafíos y cambios. Los primeros indicios y predicciones ya generan fuertes discusiones entre los creyentes y líderes mundiales, que siguen esta histórica evento con gran interés y atención. En general, se prevé que el proceso de elección del nuevo Papa será emocionante y tenso, pues de él dependerá en gran medida el futuro no solo de la vida espiritual de miles de millones de católicos en el mundo, sino también las relaciones de la iglesia con la política mundial y las estructuras internacionales. Los analistas pronostican que esta elección marcará nuevas direcciones en el desarrollo de la Iglesia católica y su papel en la élite global de poder.