ПPutin manifestó oficialmente su agradecimiento a las fuerzas militares de Corea del Norte por su participación en la guerra contra Ucrania, lo que generó una amplia repercusión y una nueva ola de disturbios diplomáticos y militares

Chas Pravdy - 28 abril 2025 09:18

El líder de Rusia, Vladimir Putin, siguiendo los pasos de su homólogo norcoreano, Kim Jong Un, confirmó la participación efectiva de las tropas norcoreanas en combates al lado de Moscú y expresó su profundo agradecimiento por su valentía y lealtad. Esta decisión, que apunta directamente a fortalecer la alianza militar, fue respondida de inmediato en Occidente — en el Departamento de Estado de EEUU expresaron profunda preocupación y condenaron tal participación, enfatizando que cualquier apoyo militar de Corea del Norte debe cesarse sin demora. Las declaraciones desde Washington contienen un marcado énfasis: el portavoz del Departamento de Estado subrayó que "la participación directa" de Pyongyang en la guerra en Ucrania representa una señal preocupante para la comunidad internacional, y llamó a tomar medidas urgentes para detener cualquier acción militar y suministro de armas. Mientras EEUU insiste en que tales acciones violan las normas internacionales, en el Kremlin se presenta la situación de manera diferente: en un comunicado del servicio de prensa de la administración presidencial rusa, se señala que Vladimir Putin "agradeció sinceramente a las unidades del ejército de Corea del Norte por su participación en combates contra las fuerzas ucranianas en el oblast de Kursk". Se refiere a la “hazaña de los combatientes especiales coreanos”, quienes, según el líder ruso, "dieron sus vidas por Rusia, por nuestra libertad común". Este reconocimiento por parte del Kremlin también tiene una connotación propagandística, en línea con el discurso oficial sobre la unidad y la lucha por valores compartidos. En cuanto a los hechos concretos, no faltan las evidencias de fuentes oficiales sobre la participación de las tropas norcoreanas en la guerra de Ucrania. De hecho, antes de ello, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, confirmó abiertamente el envío de unidades militares a Rusia, justificando su decisión con estrechos lazos estratégicos y palabras sobre un "punto de inflexión" en la cooperación bilateral. Esta declaración se convirtió en parte de la política oficial de Pyongyang, que considera que su contribución al conflicto cumple con los términos del Acuerdo de Asociación Estratégica Integral entre Corea del Norte y Rusia. Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, las pérdidas durante la operación en Kursk superaron las 62 mil tropas rusas, y del lado de Corea del Norte se sufrieron o se conquistaron más de 4.500 de sus militares. Según cálculos de centros de análisis especializados, en particular del Instituto de Análisis de Defensa de Corea del Sur (KIDA), la participación de Corea del Norte en la guerra contra Ucrania ya le ha costado a su economía más de 20 mil millones de dólares. Este estudio sostiene que el suministro de armas y municiones, incluyendo proyectiles de artillería, desde Corea del Norte a Rusia, ha significado un refuerzo significativo de las capacidades militares del régimen de Kremlin. Según la agencia Reuters, en colaboración con el Centro de Análisis de Fuentes Abiertas (OSC) del Reino Unido, no solo se trata de algunos millones de proyectiles en los últimos 20 meses, sino también de un suministro sistemático y a gran escala de equipos militares por vía marítima y ferroviaria. Según expertos del Instituto de Estudios de la Guerra (ISW), esto evidencia que Corea del Norte está utilizando activamente el conflicto en Ucrania como un campo de pruebas para experimentar y perfeccionar su potencial militar, buscando fortalecer su posición en la arena internacional y mantener su independencia frente a las sanciones. En resumen, la participación de Corea del Norte en la guerra ruso-ucraniana añade un nuevo elemento a la complicada ecuación de la seguridad mundial. Al mismo tiempo, este fenómeno suscita cada vez más interrogantes sobre la transparencia en los suministros militares, la interacción de dos regímenes autoritarios y las consecuencias globales de tal cooperación. Mientras la comunidad internacional llama a la moderación y al cumplimiento de las normas, Moscú y Pionyang continúan su juego, que podría influir significativamente en el desarrollo ulterior del conflicto y en la seguridad global.

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