Según un nuevo estudio, el apoyo al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha caído drásticamente en los últimos casi tres meses, rompiendo un récord de 70 años en nivel de confianza pública

El análisis, realizado por la empresa SSRS por encargo del canal de televisión CNN, muestra que durante este período, el nivel de aprobación de la política de Trump se ha reducido a valores históricamente bajos, situándolo entre los peores resultados entre los presidentes recién electos en los Estados Unidos en los últimos setenta años. Según la última encuesta, solo el 41% de los estadounidenses expresaron su apoyo a las políticas de Donald Trump. Este es el porcentaje más bajo para cualquiera de los presidentes recién electos en una etapa tan temprana de su mandato, al menos desde la época de Dwight Eisenhower, lo que indica una crisis significativa de confianza en su liderazgo ya en los primeros cien días. Además, esta cifra es peor que los resultados obtenidos en períodos similares tras las tomas de posesión de los anteriores jefes de la Casa Blanca. Lo particularmente alarmante es que el nivel de apoyo a la figura de Trump ha disminuido en un 4% desde marzo y en un 7% desde febrero. Solo el 22% de los encuestados afirmó apoyar decididamente su gestión como presidente, mientras que más del 45% se opone categóricamente. En términos políticos, la polarización es evidente: entre los seguidores activos del Partido Republicano, el apoyo a Trump se mantiene alto, en un 86%, mientras que la mayoría de los demócratas (probablemente más del 93%) están en contra de su política. En cuanto a los "independientes", su apoyo ha reducido a un 31%. Los datos del estudio muestran que la caída en popularidad de Trump se da en todos los ámbitos de la política estatal. Así, el apoyo a sus acciones para luchar contra la inflación ha caído 9 puntos desde marzo, situándose ahora en un 35%. De forma similar, la confianza en su política tarifaria ha disminuido en 4 puntos, alcanzando también el 35%. La actitud positiva hacia las iniciativas económicas del presidente ahora la tiene solo el 39% de los encuestados, 5 puntos menos que en marzo. Igualmente, ha bajado el apoyo a las medidas de gestión del gobierno federal, cuyo respaldo actual es del 42%, 6 puntos menos. Al mismo tiempo, menos de la mitad de los estadounidenses (46%) creen que Trump podrá garantizar un alto nivel en la selección de personal calificado para cargos gubernamentales, cifra que representa el nivel más bajo en tiempos recientes y que indica una disminución en la confianza en su política de nombramientos. La aprobación de reformas en las instituciones estatales también es cada vez menor: menos del 43% las considera necesarias, mientras que el 57% las ven como riesgos adicionales para la seguridad y estabilidad del país. En cuanto a los problemas de política exterior, el nivel de apoyo a sus acciones ha caído al 39%, y el porcentaje de encuestados que confían en la capacidad de Trump para enfrentar los desafíos internacionales ha disminuido del 55% antes del inicio de su segundo mandato presidencial al 50% actual. Esto indica un aumento en las dudas sobre la eficacia de sus estrategias en política exterior. La política migratoria del presidente ha registrado una caída de siete puntos en apoyo, alcanzando solo el 45% de aprobación. Por otro lado, ha aumentado ligeramente el número de simpatizantes del vicepresidente Joe Biden, con un 41%, mientras que el 58% de los encuestados está en contra de su gestión. Paralelamente, fuentes informadas reportan que el equipo de Trump ya está preparando un plan de acción para los próximos 100 días de su mandato en la Casa Blanca, mientras que en círculos militares surge preocupación por una serie de escándalos que afectan la confianza en la dirección del Ministerio de Defensa. En particular, en medio de una crisis interna y externa constante, en el equipo del presidente crecen las dudas sobre la estabilidad y la eficacia de sus decisiones administrativas. En general, la situación de confianza pública en las capacidades de Trump sigue siendo complicada y tensa. La caída en apoyo, que ya ha establecido récords históricos, presenta desafíos adicionales para su carrera política y afecta los esfuerzos de su equipo para definir su programa de acción en los próximos meses.