Rusia está intensificando el reclutamiento de ciudadanos extranjeros para participar en la guerra contra Ucrania, lo que genera preocupación en la comunidad internacional
Según la inteligencia británica, desde abril de 2023 hasta mayo de 2024, Moscú ya ha movilizado a más de 1500 voluntarios extranjeros, intentando reforzar sus filas en el contexto de una guerra prolongada y agotadora que Rusia libra contra Ucrania. De acuerdo con el informe del Ministerio de Defensa del Reino Unido, publicado en la plataforma "European Pravda", la mayor parte de los voluntarios proviene de países del sur y sureste de Asia, con un total de 771 personas. También hay un número significativo de procedentes de antiguas repúblicas soviéticas, como Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán; en este grupo, civiles activistas y formaciones militares suman 523 extranjeros. Además, entre los reclutados hay residentes de países africanos, aproximadamente unos 72 extranjeros. Las fuentes de inteligencia enfatizan que el proceso de incorporación de personal extranjero a la guerra es en su mayoría desorganizado y caótico, lo que indica la ausencia de una estrategia centralizada. Asimismo, en el informe se señala que la mayoría de los extranjeros que se unen al ejército ruso están motivados por intereses económicos y la posibilidad de obtener la ciudadanía rusa. Los combatientes son reclutados principalmente a través de Moscú, donde ofrecen condiciones de contratación más favorables y mayores “bonificaciones” por servicio. Se destaca que Moscú, con su alcance internacional, es el principal centro de reclutamiento de voluntarios extranjeros. La inteligencia pronostica que, aunque las formaciones militares extranjeras constituyen solo una pequeña parte del total de soldados rusos, su papel seguirá siendo importante a largo plazo. Dado que la comandancia rusa necesita reemplazar las fuerzas perdidas y que la movilización interna puede enfrentar limitaciones, Moscú probablemente volverá a recurrir a la captación de extranjeros para sostener la campaña militar. El informe subraya que este enfoque responde a la estrategia de Rusia de suplir las bajas sin una movilización de segunda ola a gran escala. Estos acontecimientos ocurren en un contexto de informaciones constantes sobre el agotamiento de los recursos de Ucrania y la duración de la agresión rusa. Análisis previos del Reino Unido detallaron el masivo ataque con misiles de Rusia contra la infraestructura ucraniana y las dificultades de Ucrania para restaurar su sistema defensivo dañado. Mientras tanto, en el centro de inteligencia de Estonia señalan que Rusia continúa su guerra de desgaste, consumiendo recursos militares importantes y apostando por agotar al ejército ucraniano. Según sus evaluaciones, aún no hay señales de preparación para un posible alto el fuego. En cambio, Moscú mantiene la estrategia de prolongar el conflicto, intentando exprimir las capacidades de Ucrania y su potencial energético. Por consiguiente, el reclutamiento de voluntarios extranjeros es un elemento clave en los planes tácticos y estratégicos de Rusia. Esto refleja su intención de mantener la capacidad combativa mediante la incorporación de recursos adicionales y la diplomacia humanitaria, lo que complica aún más la situación para Ucrania y sus socios internacionales. Esta política continúa profundizando la tensión internacional y resaltando la dinámica preocupante de un conflicto que difícilmente terminará pronto.