Explosión en el puerto Shahid Rajaee de Irán: las víctimas superan las 40, más de 1200 personas han resultado heridas
En el mayor y más importante puerto comercial de Irán, Shahid Rajaee, situado cerca de la ciudad de Bandar Abbas en el sur del país, ocurrió una explosión de gran escala que ha provocado un desarrollo aún más dramático de la situación. Según datos oficiales, el número de víctimas de la tragedia ha aumentado considerablemente: ya se informa de más de 40 fallecidos y más de 1200 heridos de diversos grados de gravedad. La información proviene de la agencia Reuters, citando medios oficiales iraníes que confirman la magnitud de la catástrofe y su impacto destructivo en la infraestructura del puerto. El incidente ocurrió en la madrugada del 26 de abril y sus consecuencias impactaron no solo en la infraestructura local, sino que también atrajeron la atención internacional. La explosión cerca de los contenedores marítimos con mercancías provocó destrucción: ventanas rotas, vigas de metal desprendidas, cristales estrellados y cargas dañadas — todo ello evidencia la enorme fuerza de la onda explosiva y su acción devastadora. Los daños fueron tan extensos que el radio de afectación alcanzó varios kilómetros alrededor del lugar del suceso. El propio incidente ocurrió en un momento en que Irán participa activamente en la tercera ronda de negociaciones nucleares con EE.UU. en Omán. La pausa en las gestiones diplomáticas generales fue acompañada por una situación de emergencia que puso en duda la seguridad del país. Según fuentes oficiales iraníes, hasta la noche del domingo continuaban ardiendo incendios en zonas específicas del puerto, y los equipos de bomberos locales y helicópteros intentaban constantemente controlar el flujo de fuego y destrucción. El jefe de la Sociedad Iraní de la Media Luna Roja informó que el incendio fue parcialmente extinguido, aproximadamente en un 90%, y que, según sus palabras, ya se han reactivado las actividades comerciales en las áreas del complejo portuario que no resultaron afectadas por la emergencia. Hasta ahora, la causa exacta de la explosión sigue siendo objeto de investigación, aunque las autoridades locales ironizan respecto a posibles factores externos. Se manejan varias versiones, siendo la más sospechosa la utilización de sustancias químicas en el puerto — en particular, que estas podrían haber sido responsables de la potente detonación. El Ministerio de Defensa de Irán intentó desmentir las suposiciones difundidas fuera del país, que apuntaban a que la explosión podría haber sido causada por un manejo incorrecto de combustible sólido para misiles. El portavoz del ministerio, en una entrevista en la televisión estatal iraní, calificó esas informaciones internacionales como “propaganda enemiga” y aseguró que en esa zona no se almacenaba equipo militar ni armas. Analistas y agencias de inteligencia internacionales, basándose en fuentes abiertas, sugieren que la explosión podría estar relacionada con la exportación al puerto de perchlorato de sodio, una sustancia química utilizada para preparar misiles balísticos para su uso en combate. Esta hipótesis surge a partir de la información de la firma británica de seguridad Ambrey, que informó que en marzo pasado se transportaron grandes cantidades de esta sustancia a través de ese puerto iraní. Asimismo, el periódico Financial Times había reportado previamente que en Teherán se enviaron a China dos buques con ingredientes para misiles, lo que incrementa las sospechas sobre una posible conexión con la creciente tensión en la región, especialmente considerando los recientes golpes con misiles a Israel en 2024. Posteriormente, se confirmó que las secuelas de la explosión impactaron significativamente en vidas humanas e infraestructura. Datos preliminares indican que el número de heridos alcanzó más de 750, y las víctimas fatales, provocadas por la explosión y los incendios en el puerto, aumentaron a al menos 8 y probablemente seguirán creciendo. Los primeros informes señalaban que se habían dañado varias decenas de contenedores y cargas, incluyendo materiales de uso militar, lo cual puede tener consecuencias importantes para la seguridad regional y la comunidad internacional. En general, este evento extraordinario plantea nuevas interrogantes sobre la seguridad del complejo portuario iraní, las posibles causas de la explosión y sus potenciales repercusiones en la política regional y global. A pesar de los intentos oficiales por minimizar la importancia del suceso, la comunidad mundial espera investigaciones adicionales y explicaciones más detalladas desde Teherán. De cualquier forma, esta explosión sigue siendo una de las noticias más enigmáticas y amenazantes en la política y seguridad contemporáneas.