Donald Trump ha vuelto a declarar la necesidad de llevar a cabo una «justicia audaz» para lograr un cambio radical en la política migratoria de los Estados Unidos

Chas Pravdy - 27 abril 2025 02:13

El expresidente y posible candidato a liderar el país enfatizó que la situación actual requiere medidas urgentes y estrictas para restablecer el orden en las fronteras y la seguridad de los ciudadanos. Sus palabras fueron publicadas en su red social Truth Social, donde el político expresó su postura respecto al problema de la inmigración ilegal, que, según él, pone en peligro el futuro del país. Trump subrayó que Estados Unidos está al borde de perder su apariencia tradicional, la que ha alcanzado a lo largo de más de dos siglos de historia. "Necesitamos una justicia audaz en nuestro país", afirmó. Según él, si los tribunales permanecen pasivos y no permiten aplicar las medidas severas que han sido una práctica común en la historia del estado, "Estados Unidos ya no podrá mantener ese respeto por la ley al que estamos acostumbrados". Con esa retórica, el líder destacó que el actual presidente Joe Biden, con sus decisiones respecto a una frontera abierta, "destruirá" el país, convirtiéndolo en un lugar de caos y desorden. De acuerdo con su argumento, la política migratoria abierta ha complicado la situación de seguridad interna en EE. UU. "Los delincuentes, incluidos asesinos, narcotraficantes, miembros de bandas y hasta personas con enfermedades mentales, pueden entrar legal o ilegalmente en nuestro país, creando un caos continuo", señaló Trump. Además, afirmó que es difícil llevar la justicia contra millones de posibles infractores, por lo que es necesario actuar rápidamente y "expulsarlos de nuestra tierra", aplicando medidas estrictas. Trump también destacó que es evidente quiénes son estos delincuentes y que hay que expulsarlos de los EE. UU. en el menor tiempo posible. "Debemos actuar con rapidez y decisión para proteger a nuestros ciudadanos y conservar la soberanía del país", manifestó en su declaración, que generó un amplio eco entre sus partidarios y detractores. Otra historia previa a estas declaraciones ruidosas fue la decisión de la administración de Joe Biden de cancelar el estatus legal temporal para más de 530,000 ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, muchos de los cuales ahora enfrentan el riesgo de deportación. Según el periódico Washington Post, en la Casa Blanca se está elaborando un plan masivo de deportaciones, que prevé la expulsión de aproximadamente un millón de personas en el próximo año. Al mismo tiempo, los oponentes de Trump critican sus ideas y abogan por un enfoque equilibrado, que combine firmeza con un enfoque humanitario. Por otro lado, los partidarios de sus políticas duras sostienen que, sin resolver el problema de la inmigración ilegal, el país arriesga perder seguridad, estabilidad económica e incluso su identidad nacional. En general, la cuestión de la política migratoria se vuelve cada vez más relevante en el espectro político de EE. UU., generando controversias y acalorados debates sobre si las nuevas medidas podrán mantener la situación bajo control o si, por el contrario, provocarán aún más tensión y división en la sociedad.

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