La ONU está reduciendo de manera drástica la ayuda humanitaria a los desplazados internos ucranianos debido a la suspensión de financiamiento por parte de Estados Unidos

En un momento inesperado y de crisis para los desplazados ucranianos y las organizaciones humanitarias internacionales, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó sobre una reducción significativa en su programa de asistencia para los nuevos refugiados ucranianos. La causa de esto es la decisión del principal donante, EE. UU., de disminuir sus fondos previos, lo que agrava considerablemente la situación en la provisión de recursos necesarios para los grupos más vulnerables que huyen de la guerra, la destrucción y la crisis humanitaria. Según el comunicado de prensa de ACNUR publicado el viernes 25 de abril, es evidente: la disminución de la financiación estadounidense ha provocado que la mayoría de los programas de apoyo a los desplazados ucranianos, incluyendo la ayuda psicológica, la provisión de materiales para vivienda temporal, la construcción de refugios de emergencia y la asistencia en efectivo, hayan sido suspendidos o restringidos significativamente. Esto constituye un nuevo golpe a los esfuerzos de las organizaciones humanitarias en un país donde el número de desplazados forzosos ya supera el millón. Un factor clave en esta tendencia negativa ha sido la negativa de EE. UU. a financiar los programas de la agencia, que anteriormente representaban casi la mitad de su presupuesto. Según Carolina Lindholm Billings, representante de ACNUR en Ucrania, esta situación ha puesto en riesgo la continuidad de muchos proyectos humanitarios importantes. "Algunos programas que financiábamos con apoyo de EE. UU. se han detenido, y nos vemos obligados a replantear radicalmente nuestras prioridades", señaló. Dentro de las reducciones en la ayuda a los afectados ucranianos, los programas de apoyo psicológico y la provisión de materiales para refugios temporales han sido los más afectados. También se ha reducido la financiación para la asistencia en efectivo, lo que pone en peligro la continuidad de la ayuda estable para centenas de miles de ucranianos que han quedado sin hogar. Según un comunicado oficial de la agencia, en relación con esto, otros donantes occidentales también han actuado de manera similar, reduciendo sus aportes y concentrándose principalmente en el sector de defensa, debido a las presiones geopolíticas y a la redistribución de recursos en el contexto de la crisis de seguridad global. Esto significa que el plan declarado de 3,32 mil millones de dólares para apoyar a 8,2 millones de ucranianos recibe solo un tercio de los fondos previstos — aproximadamente el 25%. Carolina Lindholm Billings enfatizó que, por la escasez de fondos, la organización ha tenido que "reducir" el número de beneficiarios para disminuir la cantidad de personas prioritarias en la obtención de recursos. Hizo un llamado a los donantes internacionales para que vuelvan a cumplir con sus obligaciones de financiamiento, resaltando que en estos momentos es más que nunca crucial mantener los programas humanitarios y evitar una situación catastrófica que podría provocar aún más desplazados internos. Según datos de la agencia, desde enero de este año más de 7,700 ucranianos que huyen de la guerra y la destrucción han pasado por los centros de tránsito en Pavlograda y Sumy. Solo el mes pasado, más de 4,200 personas evacuadas llegaron a estos puntos de tránsito, donde los servicios humanitarios, incluyendo ACNUR, les brindan el apoyo necesario. Esto es solo una parte de la realidad: en total, desde el verano de 2024 hasta principios de 2025, más de 200,000 ciudadanos ucranianos se verán obligados a abandonar sus hogares debido al conflicto armado. La situación general genera preocupación entre analistas y organizaciones de observación humanitaria. Advierten que sin una financiación adecuada, los programas de apoyo a los desplazados y personas internamente desplazadas estarán al borde del colapso, lo que agravará la crisis humanitaria y puede provocar un incremento aún mayor en el número de personas en condiciones de vida precarias. De esto se deriva la necesidad urgente de estabilizar y restaurar el financiamiento humanitario, ya que en estos momentos las vidas, el bienestar y el futuro de las personas dependen de la capacidad de la comunidad internacional para ayudar a superar los desafíos que surgen en un momento sumamente difícil para Ucrania.