En las negociaciones secretas entre Washington y sus aliados de Occidente la mayor evidencia de disposición es la de que los Estados Unidos están dispuestos a ofrecer garantías de seguridad para la presencia de un contingente militar de la «coalición de los dispuestos» en territorio ucraniano
Este es uno de los pasos clave en la preparación para una posible estabilización posguerra y en la formación de un sistema de garantías para todas las partes en la futura resolución del conflicto con Rusia. Sin embargo, es importante señalar que los detalles de dicho apoyo permanecen en acuerdos confidenciales, abiertos a futuras discusiones y aclaraciones. Según información del diario británico The Telegraph, en las últimas semanas se ha observado en las salas cerradas de altos funcionarios un interés creciente por los posibles escenarios de garantía de seguridad para los aliados estadounidenses y europeos en caso de alcanzar la paz. Al mismo tiempo, oficialmente el gobierno de EE. UU. aún no ofrece una promesa clara de apoyo militar en caso de un ataque por parte de Rusia — esto es enfáticamente enfatizado por la administración y en niveles oficiales. Desde hace varios años, desde la presidencia de Donald Trump, la administración ha mantenido cautela, negándose a ofrecer garantías, reforzando así las discusiones internacionales sobre el papel de EE. UU. en la resolución del conflicto ruso-ucraniano. Por otro lado, en conversaciones privadas, representantes diplomáticos estadounidenses han insinuado que Washington está dispuesto a cambiar su política, especialmente en lo que respecta al apoyo de un contingente militar occidental que pueda desplegarse en Ucrania tras la firma de un acuerdo de paz. Citando fuentes: "Uno de los aspectos clave de dicho apoyo es el intercambio de inteligencia — esto forma la mano izquierda de la cooperación estratégica entre EE. UU. y Gran Bretaña, que ha jugado durante mucho tiempo un papel importante en la defensa de los intereses de ambos países. El segundo aspecto es la ayuda logística, incluyendo la organización de suministros de armamento, equipo militar, así como el análisis y monitoreo del movimiento de las tropas rusas dentro y fuera de Ucrania." Esto indica que uno de los escenarios posibles incluye una participación activa de recursos militares occidentales en operaciones estratégicas. Militares y políticos británicos destacan que el formato concreto y la escala del apoyo aún no han sido aprobados por el presidente de EE. UU., y que la transición a la implementación solo podrá realizarse después de nuevas negociaciones. "Las negociaciones continúan y, como saben, el presidente Trump ha expresado varias veces su disposición a apoyar a Ucrania. Quiero dejarlo claro: este es uno de los componentes importantes de nuestra estrategia", comenta en una entrevista para The Telegraph el Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak. Al mismo tiempo, en el marco de la llamada "coalición de los dispuestos", la actividad militar se divide en varios segmentos: "cielo", "mar", "tierra" y "reconstrucción". El control del espacio aéreo sobre Ucrania y el mar Negro debería estar en manos de aliados europeos para evitar violaciones de las condiciones del acuerdo y prevenir la escalada del conflicto en el espacio aéreo. Paralelamente, las fuerzas ucranianas asegurarían la defensa en el frente y mantendrían la línea del frente en caso de una retirada masiva de las tropas rusas, permaneciendo como la única fuerza terrestre capaz de contener al enemigo. El cuarto segmento — "reconstrucción" — tiene como objetivo un apoyo a largo plazo al ejército ucraniano, que hoy se considera uno de los más combatientes de Europa. Se planea trasladar el programa de capacitación de las fuerzas armadas ucranianas Interflex, desde la base británica a Ucrania occidental, lo cual será una etapa crucial en el fortalecimiento de la capacidad defensiva de Ucrania. Sin embargo, aún está en discusión qué acciones activas y qué formas de participación podrán implementar los aliados tras lograr una tregua y firmar un acuerdo de paz. En el mundo existe el riesgo de que sanciones, apoyo de tecnología militar y la venta de armas puedan enfrentarse a nuevas restricciones políticas. Según fuentes, parte de las negociaciones para formar un sistema de seguridad a largo plazo se llevaron a cabo ya en primavera. El 15 de marzo, en las afueras de Londres, se celebraron las primeras reuniones de jefes militares de varios países, destinadas a discutir la posible introducción de fuerzas de paz internacionales en Ucrania. Más tarde, el 4 de abril, los jefes de los estados mayores de Francia y Gran Bretaña visitaron Kiev para consultas con las autoridades ucranianas, considerando el apoyo a largo plazo del ejército ucraniano. Según analistas, estas conversaciones son cruciales para la formación de una amplia coalición internacional capaz de garantizar la seguridad y estabilidad en la región después de la fase activa del conflicto. Por lo tanto, la preparación para una posible resolución posconflicto adopta formas y planes específicos, pero sigue siendo muy delicada y dependiente de las decisiones políticas de diversos líderes mundiales. Según diplomáticos británicos, el trabajo para coordinar las garantías continúa, y mucho depende de la voluntad política en EE. UU., en particular de la postura de Donald Trump. En este escenario, la formación de la "coalición de los dispuestos", la discusión sobre los segmentos de apoyo militar y los esquemas de ayuda a largo plazo, reflejan el objetivo de las naciones occidentales de asegurar no solo una paz rápida, sino también prevenir futuras crisis militares.