Letonia ha salido oficialmente de la Convención Internacional sobre la Prohibición de Minas Antipersonal, lo que constituye un paso importante en su política de defensa y responde a la nueva situación de seguridad regional
La decisión correspondiente fue aprobada el jueves por el presidente del país, Edgars Rinkēvičs, quien firmó la ley que retira a Letonia del acuerdo internacional — la Convención de Ottawa, que regula la prohibición del uso, almacenamiento y producción de minas antipersonal no controladas. Al justificar este paso, el gobierno de Letonia señala que en las últimas dos décadas la situación de seguridad regional ha cambiado significativamente. En particular, la agresión rusa contra Ucrania ha demostrado abiertamente que Moscú ignora prácticamente la integridad territorial de otros Estados y no se detiene ante el uso de cualquier medio para alcanzar sus objetivos. En el documento explicativo de la ley se enfatiza que, en las realidades actuales, para Letonia es crucial tener flexibilidad en la selección de armamento y decisiones tácticas para responder eficazmente a las amenazas militares potenciales y fortalecer la resistencia del país. “Ante la dinámica de la situación de seguridad regional, es necesario mantener la capacidad de aplicar diversos sistemas de armamento y enfoques tácticos que permitan contener al agresor y proteger a nuestra nación y su población”, indica el documento. Al mismo tiempo, Letonia subraya su compromiso con los estándares humanitarios internacionales — el país continuará cuidando de minimizar el impacto de las hostilidades en la población civil, cumpliendo con todas las normas del derecho humanitario. Información histórica: el 16 de abril de este año, el Parlamento de Letonia, el Saeima, apoyó en la lectura final la decisión de salir de la Convención de Ottawa, firmada en Oslo en 1997 y que entró en vigor en 1999. El acuerdo fue firmado por más de 160 países en todo el mundo, principalmente en Occidente. Sin embargo, considerando las crecientes tensiones geopolíticas y la agresión de Rusia, los países bálticos — Letonia, Lituania y Estonia — junto con Polonia y Finlandia, comunicaron su intención de abandonar este tratado internacional para poder desplegar en su territorio armamento que, según la convención, estaba prohibido. La ministra de Defensa de Letonia, Inara Murniece, informó a principios de marzo que el país evalúa la posibilidad de colocar minas antitanque y obstáculos adicionales en sus fronteras orientales para fortalecer su capacidad defensiva en respuesta a posibles acciones agresivas por parte de Rusia y Bielorrusia. Esta decisión forma parte de una estrategia más amplia de modernización de la defensa y de fortalecimiento de la protección del Estado en un contexto de creciente tensión geopolítica, que ha provocado cambios en los enfoques de la política de seguridad del país. De este modo, Letonia demuestra nuevamente su disposición a adaptarse a los desafíos actuales y ampliar sus capacidades en el ámbito de la defensa. La salida del acuerdo internacional no implica una violación de las normas humanitarias, sino que constituye un paso estratégico para fortalecer la independencia y la seguridad, teniendo en cuenta las realidades del mundo actual.