Las países europeos se pronuncian en contra del reconocimiento de la anexión de Crimea por parte de Rusia y en la sesión plenaria están decididamente categóricos respecto a cualquier paso que conduzca a una mayor legalización del control ruso sobre la península

Chas Pravdy - 24 abril 2025 12:17

En el contexto de la preparación para la cumbre de la OTAN y de un amplio debate sobre futuros pasos diplomáticos complejos, el periódico Financial Times informa que las capitales europeas están categóricamente decididas a no apoyar ninguna iniciativa de Estados Unidos que pueda facilitar la legitimación de la anexión de Crimea o crear las condiciones para levantar sanciones contra Rusia. Según fuentes en numerosos gobiernos europeos, Estados Unidos intenta promover una llamada “hoja de ruta” para Ucrania, proponiendo a Kiev firmar un acuerdo que incluye condiciones más favorables a Moscú. Este documento prevé el reconocimiento por parte de EE. UU. de la soberanía de Rusia sobre Crimea, un paso que para Europa resulta inaceptable y que, en realidad, genera preocupación por el posible deterioro adicional del orden internacional. El periódico destaca que estas propuestas han suscitado una actitud de alerta entre los socios europeos, ya que amenazan con socavar los mecanismos y la estabilidad ya establecidos en el continente. A nivel de fuentes diplomáticas, se informa que altos funcionarios de los miembros de la Unión Europea enfatizan que es imposible permitir alguna legalización de la anexión de Crimea, ya que esto implicaría la destrucción definitiva de los fundamentos del Derecho Internacional y las normas establecidas que garantizan la convivencia pacífica de las naciones. “Crimea y la cuestión de la membresía de Ucrania en la OTAN son para nosotros una línea roja. Renunciar a ellas significaría socavar la libertad y la seguridad de todo el continente”, afirmó uno de los diplomáticos. Representantes de la UE advierten a Washington que sus países no apoyarán categóricamente ninguna iniciativa que reconozca la anexión de Crimea, y ya se ha hecho un recordatorio directo: cualquier paso en esa dirección podría socavar seriamente la unidad y estabilidad de la alianza transatlántica. Los altos funcionarios subrayan que apoyar acciones que contradigan la postura oficial de Europa podría generar un profundo conflicto diplomático en el marco de la OTAN y poner en duda el propio formato del acuerdo, que funciona desde hace más de una década. Mientras tanto, las discusiones internas en la OTAN muestran que el foco principal actualmente está en los gastos en defensa y en la capacidad de la Alianza para responder a desafíos potenciales, y no en una posible “reforma” diplomática del conflicto entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, los expertos señalan que la perspectiva de que EE. UU. puedan abandonar su apoyo a Ucrania o incluso desistir de negociaciones que impliquen levantar sanciones y reconocer nuevas realidades en Crimea, podría provocar una crisis profunda en los propios cimientos de la OTAN y poner en riesgo la seguridad europea. Círculos diplomáticos advierten que cualquier intento de EE. UU. de cambiar su postura en este asunto, en particular, en relación con aflojar las sanciones contra Moscú, provocará una crisis significativa en la unidad de la UE y probablemente terminará por destruir los mecanismos de política sancionadora que en los últimos años han contribuido a frenar la agresión rusa. Los representantes de Europa están convencidos de que cualquier reconocimiento de Crimea como territorio ruso o la suspensión de las sanciones no solo es un paso arriesgado en el plano diplomático, sino también un posible catalizador de mayores complicaciones geopolíticas. Ante los acontecimientos históricos previstos para las próximas semanas, y a pesar de la naturaleza inesperada de las propuestas de Washington, los líderes europeos están trabajando intensamente para mantener la integridad de una posición común. Al mismo tiempo, las divergencias internas y el potencial agravamiento del conflicto en torno a las sanciones y el apoyo futuro a Ucrania permanecen sin resolver, con capacidad potencial para desestabilizar no solo los procesos regionales sino también los de seguridad global. Por ello, la Unión Europea en su estado actual se niega a apoyar cualquier acción que pueda conducir a la legalización de la anexión de Crimea por parte de Rusia, subrayando que cualquier cambio en la postura oficial no solo influirá en las relaciones con Estados Unidos, sino que también podría alterar el mapa de la seguridad en la región europea, disminuir la unidad institucional y poner en duda los mecanismos establecidos para disuadir el conflicto.

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