Según fuentes de círculos diplomáticos europeos, la administración del presidente estadounidense Donald Trump está alineada con una pronta resolución del conflicto en el este de Europa, y en particular, aspira a alcanzar un «acuerdo de paz» entre Rusia y Ucrania en los primeros 100 días de su mandato

Chas Pravdy - 23 abril 2025 21:16

Dicha declaración ambiciosa se realizó en el contexto de una ola de información que circula en los círculos políticos europeos y que provoca evaluaciones muy críticas y cautela respecto a las perspectivas de su implementación. Según un alto funcionario europeo anónimo que participó en una charla informal con la agencia "Europa Press", citando a CNN, actualmente no se han observado pasos concretos ni avances en la consecución de tal acuerdo. Sin embargo, el diplomático destacó que en EE. UU. "de forma informal se ha comenzado a insistir en la necesidad de cerrar un acuerdo de paz ya en los primeros 100 días de la administración de Trump". "Ahora mucho todavía no está formalizado ni documentado oficialmente, pero hay una percepción—a un nivel de sensación—de que su orientación está claramente dirigida a lograr rápidamente entendimientos", señaló el interlocutor. Un tema que llamó especialmente la atención de los expertos europeos fue la cuestión de Crimea, que se discute en el contexto de futuras negociaciones. Según el funcionario, en este momento resulta difícil imaginar una solución sobre el estatus de la península, aparte de mantener la situación actual. "Desde el punto de vista de un posible resultado, es difícil imaginar un compromiso sin mantener la Crimea ocupada por Rusia en la misma forma que ahora", subrayó, añadiendo que para el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, esa perspectiva es, por decirlo suavemente, bastante complicada. "Por supuesto, esto es muy difícil para Zelensky y su equipo. Mantener el statu quo no es lo que él busca, pero potencialmente es la opción más realista que puede alcanzarse en las circunstancias actuales", añadió el diplomático. Anteriormente, en círculos diplomáticos circuló la información de que la administración de Trump la semana pasada en París entregó a las autoridades ucranianas un documento breve, de una sola página, llamado "la propuesta final" para resolver el conflicto. Según información no oficial, este documento contenía algunas concesiones por parte estadounidense, incluyendo la posible aceptación del control ruso sobre una parte del territorio ucraniano, específicamente Crimea, y una relajación de las sanciones contra Moscú. Al mismo tiempo, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky declaró que Ucrania no está preparada para reconocer la ocupación rusa de Crimea, afirmando que la península forma parte integral del territorio ucraniano según el derecho internacional. La respuesta de Trump no tardó: criticó las palabras de Zelensky y afirmó que "Crimea se perdió hace muchos años", y que sus declaraciones, según él, perjudican los esfuerzos para un arreglo pacífico. Sin embargo, en contraste con la posición oficial de Ucrania, el mes pasado surgió información sobre nuevas discusiones acerca de un posible compromiso, en particular sobre el estatus de Crimea y la participación de EE. UU. en la búsqueda de una solución pacífica. Cabe recordar que en medio de estas discusiones circulan también rumores sobre una posible ampliación del listado de temas en las negociaciones, además de Crimea, incluyendo cuestiones de seguridad, participación de la OTAN y el futuro estatus del Donbás. Los analistas consideran que, pese a un inicio cauteloso, tales negociaciones tienen todas las condiciones para convertirse en un proceso largo y complejo, considerando los distintos intereses de las partes y las apuestas geopolíticas. En general, la perspectiva de alcanzar rápidamente un "acuerdo de paz" en los primeros 100 días de la administración de Trump sigue siendo bastante discutible. Teniendo en cuenta los procesos de transformación a largo plazo, los intereses políticos y el contexto histórico, este escenario genera tanto entusiasmo como escepticismo, ya que mucho dependerá de la voluntad interna de las partes y de su capacidad para encontrar un compromiso que sea aceptable para todos los participantes y que tenga en cuenta el equilibrio geopolítico en la región.

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