En Polonia vuelve a preocupar la cuestión de la memoria histórica y la posible tensión diplomática: cerca de una ruta turística popular en el sureste del país ha aparecido una nueva placa provocadora, que podría complicar significativamente las relaciones polaco-ucranianas

Se trata de la tumba de los combatientes ucranianos del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), ubicada en una sepultura en el pueblo de Monastyr, en la gmina de Górzyńcz Zdrój, en Podkarpacie. Este lugar ya ha sido objeto de disputas y debates políticos debido a la naturaleza histórica del memorial y su simbolismo. La fuente de la información es el portal "Zlubaczowa" ("zlubaczowa.pl") y la publicación "Pœlſka Europa" ("Європейська правда"). Precisamente allí se publicó un reportaje sobre la situación, que rápidamente ha ido ganando atención en el espacio informativo polaco: en la colina funeraria ha reaparecido una placa de contenido provocador, relacionada con las formaciones de liberación ucranianas y su papel en la historia de la región. Este incidente fue el primero después de otros ocurridos anteriormente, en particular en 2015 y 2020, cuando vándalos dañaron deliberadamente el memorial o distorsionaron su simbología. El primer ataque ocurrió en 2015 — entonces, personas desconocidas rompieron la placa con los nombres de los insurrectos, pintaron la cruz con los colores de la bandera polaca y reemplazaron la simbolización ucraniana por la polaca. Este acto de vandalismo despertó en aquel entonces una profunda preocupación por parte de la comunidad ucraniana y de diplomáticos. En 2020, la historia se repitió: el memorial fue prácticamente destruido y los fragmentos de la estructura sepultada fueron arrojados en un pozo. Sin embargo, posteriormente, la comunidad ucraniana colocó una nueva placa conmemorativa, en la que, en dos idiomas — ucraniano y polaco — solo se indicaba la existencia de una sepultura fraternal de los ucranianos que murieron en la noche del 2 al 3 de marzo de 1945, durante un combate con las fuerzas soviéticas. No obstante, esta versión generó reacciones ambiguas: la parte ucraniana consideraba que en el memorial deberían estar indicados nombres específicos, y no solo palabras generales. Hasta hace poco, el monumento permanecía sin cambios sustanciales, hasta que apareció una nueva placa. En ella — o más bien, en ella, colocada recientemente — los combatientes de la UPA son calificados como responsables del terrorismo y genocidio contra la población polaca, ucraniana y judía. El texto llama al perdón cristiano, pero al mismo tiempo no oculta un deseo de condena: "El perdón no significa olvido, sino la sanación del dolor". Este recordatorio probablemente pretende ser una pista de la complejidad del legado histórico, que aún no deja indiferentes a ambas partes. También se observaron cambios en la cruz misma: el tridente fue reemplazado por un símbolo cristiano, lo que puede interpretarse como un gesto simbólico para ambas partes del conflicto. Según datos preliminares, la investigación en el caso ya se ha iniciado: esta placa fue colocada sin los permisos correspondientes, y la policía de Lubaczów ya ha comenzado una investigación. Como informó la representante de la policía local, Marzena Mroczkowska, los oficiales acudieron al lugar, documentaron el acto y actualmente están averiguando quiénes están implicados en este acto de provocación. No es el primer caso en que un lugar conmemorativo dedicado a los combatientes ucranianos se convierte en el centro de disputas diplomáticas e históricas en la región. Cabe recordar que los políticos y diplomáticos ucranianos llevan tiempo poniendo en foco la cuestión de la instalación y documentación de las sepulturas de héroes ucranianos en territorio polaco. Ucrania ha insistido y ha negoció sobre la restauración de placas y signos conmemorativos, en particular en Monastyr. El primer paso fue la aprobación de Kiev para la exhumación y restitución, pero, como se ha comprobado, en el proceso de restauración del memorial aún no se ha elaborado una lista adecuada de nombres, lo que provocó indignación tanto en Ucrania como en círculos políticos polacos. En enero, el jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores, Andrij Sybiga, subrayó que la cuestión de la renovación del memorial en Monastyr sigue siendo relevante y está en la agenda del gobierno. Según sus palabras, Ucrania exige un reconocimiento adecuado de la memoria ucraniana en tierras polacas, y este proceso debe seguir los estándares internacionales e históricos. En general, esta noticia, en el campo de la historia y la memoria, demuestra que el tema de las relaciones polaco-ucranianas continúa siendo complejo y polémico. Las acciones provocadoras en torno a los complejos memoriales que honran a los héroes influyen inevitablemente en la situación política y en el diálogo entre países. Al mismo tiempo, las cuestiones de memoria y del pasado histórico siguen siendo un componente importante de la cooperación bilateral y requieren un enfoque equilibrado para evitar nuevos conflictos en el plano espiritual y político.