En la Casa Blanca respondieron a la polémica declaración del expresidente de EE
UU. Donald Trump con respecto a Ucrania y su liderazgo, en particular al presidente Volodymyr Zelensky, y expresaron su postura sobre la situación en torno a las negociaciones en el contexto de la guerra prolongada. La portavoz de la administración en la Casa Blanca, Carolyn Lhuillier, en una rueda de prensa regular el 23 de abril, afirmó que Trump está en una "situación desesperada" y que "le está faltando la paciencia" debido a la situación actual en torno al conflicto entre Ucrania y Rusia. Hizo un llamado a las autoridades ucranianas a abstenerse de hacer comentarios públicos sobre las negociaciones y a centrarse en un proceso diplomático prolongado — un proceso de negociaciones a puertas cerradas que, según ella, es el único camino para lograr una paz justa. Lhuillier señaló además que EE. UU. no exige a Ucrania que reconozca la anexión de Crimea por parte de Rusia. Según sus palabras, el principal objetivo de la parte estadounidense es lograr que ambas partes se sienten a la mesa de negociaciones, siendo conscientes de la seriedad y complejidad de la situación. "El presidente Trump llama a abandonar totalmente las hostilidades y a buscar un compromiso, ya que la guerra en curso ha cobrado demasiadas vidas y causado mucho daño. Para lograr una paz estable, ambas partes deben estar dispuestas a hacer concesiones, y, lamentablemente, a día de hoy, el presidente Zelensky parece ir en la dirección equivocada, lo que complica el proceso diplomático", enfatizó Lhuillier. La portavoz destacó que EE. UU. ya invierte recursos y esfuerzos significativos en detener el conflicto militar y ahora Trump está decepcionado y su "paciencia se está agotando". Subrayó que el objetivo principal es detener la violencia, pero para ello es necesario que tanto Ucrania como Rusia demuestren disposición a hacer concesiones y a negociar. Cabe señalar que, anteriormente, la administración de Donald Trump la semana pasada en París proporcionó a la delegación ucraniana un documento de una página con una propuesta que calificaron de "definitiva" para una solución pacífica al conflicto. Se informa que algunas de las hipótesis contenidas en ese documento incluyen la posible aceptación por parte de Rusia de su control sobre Crimea y, en algunos casos, la relajación de las sanciones contra Moscú. Esto provocó una reacción enérgica por parte del liderazgo ucraniano, en particular de Zelensky, quien en una intervención oficial expresó que Ucrania categoricamente no reconoce la anexión rusa de Crimea. Esto generó mayor tensión en los círculos diplomáticos y tuvo un efecto negativo en las perspectivas de seguir buscando un acuerdo. Las declaraciones de la Oficina del Presidente y de expertos políticos sobre esta situación reflejan una incertidumbre interna y un proceso diplomático complicado que continúa en torno a la resolución del conflicto y la recuperación de los territorios ocupados. Anteriormente circulaban algunas especulaciones sobre posibles intereses de EE. UU. en soluciones de compromiso, pero el tono oficial de Washington se vuelve cada vez más reservado y crítico tanto con respecto a las acciones del gobierno ucraniano como de Rusia. Recordemos que las afirmaciones de Donald Trump sobre la necesidad de un "compromiso duro" y el énfasis en que "Crimea se perdió hace muchos años" han sido duramente criticadas por políticos ucranianos y analistas internacionales, que advierten sobre los riesgos y las consecuencias de tales enfoques. Ellos no solo se concentran en la cuestión de Crimea, sino también en las estrategias para la paz y la estabilidad en la región, especialmente en el contexto de la formación de alianzas militares y de apoyo. Por lo tanto, la situación en torno a las relaciones diplomáticas entre Ucrania y Estados Unidos sigue siendo complicada y tensa. Las declaraciones del exlíder estadounidense y la reacción de la Casa Blanca muestran claramente que la dirección estadounidense busca mantener el formato diplomático de las negociaciones y advierte sobre los riesgos derivados de acciones por parte del gobierno ucraniano, que podrían complicar el proceso de estabilización pacífica de la región mediante declaraciones públicas y discurso político. Quedará por ver si en un futuro cercano cambian los enfoques de EE. UU. y las autoridades ucranianas — el tiempo lo dirá. Pero ya es evidente que la diplomacia y la comprensión de la importancia de los procesos de negociación cerrados se vuelven herramientas fundamentales para encontrar soluciones a largo plazo al conflicto y restablecer la paz.