Revelación de datos secretos en los chats de Signal: ¿qué ocultan los altos funcionarios de EE

Chas Pravdy - 21 abril 2025 08:26

UU.? En un nuevo episodio de la serie de escándalos relacionados con la seguridad y la confidencialidad en la cúpula del gobierno estadounidense, han surgido nuevos detalles sobre cómo los altos funcionarios compartían información sensible en mensajeros privados. Los medios de comunicación han obtenido información de que el secretario de Defensa de EE.UU., Pít Hegset, mantenía un chat grupal cerrado en la aplicación Signal, en el que estaban sus familiares – su esposa y su hermano – así como su asesor personal. Y en ese mismo chat, el funcionario discutía importantes operaciones militares y estrategias, incluyendo respecto a un ataque a los hutíes en Yemen. Los mensajes filtrados a los medios se basan en testimonios de fuentes y en el análisis de varios interlocutores anónimos de las agencias Reuters y CNN. Según ellos, este chat fue creado durante intensas audiencias parlamentarias que se estaban considerando en el proceso de aprobación del candidato Hegset para el cargo de ministro de Defensa. Se señala que el grupo de chat nunca tuvo un estatus oficial de planificación militar o comunicación secreta — en él se discutían asuntos administrativos, se intercambiaban opiniones sobre la agenda y las estrategias, y participaban más de 10 personas. Sin embargo, según las fuentes, incluso después de que Hegset asumió oficialmente su cargo, mantuvo el acceso y siguió usando ese chat para transmitir información. Y ya tras su nombramiento, compartió detalles sobre operaciones que generaron fuertes dudas y preocupaciones entre analistas y opositores políticos. En concreto, en ese chat se habló sobre un calendario detallado de bombardeos en la región, que posteriormente fue analizado minuciosamente e incluso publicado en la revista The Atlantic. Resultó que al editor de la revista, Jeffrey Goldberg, lo incluyeron accidentalmente en un chat separado de Signal en el que se discutían secretos militares. Fuentes entre periodistas internacionales y estadounidenses reportan que en las conversaciones no solo se discutían planes estratégicos de ataques, sino también los plazos y la logística de las operaciones. Esto pone en entredicho la seguridad de los secretos de Estado y el nivel de control sobre la circulación de esta información crítica. Incluso representantes del Ministerio de Defensa expresaron dudas sobre la capacidad de Hegset para mantener la confianza y estabilidad en su cargo tras la aparición de tales revelaciones. En respuesta a las filtraciones, el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, negó categóricamente la existencia de información secreta en los chats mencionados. A través de la red social X (antes Twitter), afirmó que todas las conversaciones fueron públicas e inocuas, y que la información difundida es resultado de intentos de opositores de desprestigiar al ministro. Parnell subrayó que los materiales periodísticos se basan exclusivamente en testimonios de antiguos empleados insatisfechos, cuyos motivos permanecen en duda. La Casa Blanca también reaccionó ante esta historia: su portavoz, Anna Kelly, comentó que hay intentos por parte de exfuncionarios y “informantes” de falsear los hechos para debilitar la labor administrativa del presidente. Subrayó que esto vuelve a confirmar que en ese chat no había información secreta oficial, y que cualquier declaración en sentido contrario forma parte de especulaciones informativas. El trasfondo de esta historia está estrechamente relacionado con una serie de otros escándalos y cambios en la alta esfera de la defensa estadounidense. En particular, ante las investigaciones y la difusión de filtraciones, se produjeron despidos masivos de altos cargos en el Pentágono: del jefe del departamento del adjunto del ministro de Defensa, Colin Carroll; del asesor de Hegset, Dan Coldwell; y también del subdirector del departamento, Daryn Selnick. Al mismo tiempo, algunos funcionarios están siendo readaptados — por ejemplo, el jefe de gabinete del ministro Joe Kasper se prepara para un nuevo puesto, con el fin de no perder su experiencia y competencia. Pero los escándalos no se limitan solo al ámbito de la defensa. Se sabe que en la atmósfera política extremadamente tensa, la administración de Trump también estuvo envuelta en un gran escándalo después de que el asesor de seguridad nacional, Mike Woltz, y su equipo crearon varios chats en Signal para coordinar iniciativas exteriores y de seguridad. En estas plataformas discutían temas importantes relacionados con Ucrania, la situación en Gaza, la política en Oriente Medio, África y Europa, lo que generó amplio rechazo y críticas por parte de la oposición y expertos. En conjunto, esta serie de eventos vuelve a enfatizar cuán vulnerable es el sistema de seguridad jurídica y militar de EE.UU. en el siglo XXI. La publicación y las filtraciones de documentos internos a través de mensajeros convenientes pero a veces poco fiables, ponen en duda la capacidad de las instituciones estatales de mantener la información en secreto. Al mismo tiempo, la alta dirección comienza a tomar conciencia de que controlar los diálogos y debates privados en la era digital sigue siendo una tarea difícil, y que los cambios masivos en personal y las investigaciones internas ya no son solo asuntos internos del departamento.

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