Los ocupantes rusos atacaron nuevamente la región de Jersón, empleando un método combinado de bombardeos que resultó en consecuencias trágicas para los habitantes locales
Según la Administración Militar Regional de Jersón, las repercusiones de esta incursión nocturna fueron sumamente destructivas y estuvieron acompañadas de víctimas humanas, así como de daños a la red de viviendas e infraestructura. El 19 de abril, en la localidad de Stanislaviv, en uno de los distritos de la región, un hombre nacido en 1967 perdió la vida como resultado de un ataque masivo del enemigo. Según informaron representantes de la OVA, un disparo o una serie de disparos causaron destrucción y trágicamente privaron de la vida a un residente local, quien sufrió heridas incompatible con la vida. Este es otro ejemplo de cómo las fuerzas rusas destruyen deliberadamente la infraestructura civil y generan un ambiente de miedo entre la población. Además de las muertes, al menos otros cuatro ucranianos resultaron heridos en el ataque. Su estado de salud está siendo aclarado actualmente, pero se sabe que las heridas fueron graves y requirieron atención médica. Los médicos locales y los servicios de emergencia respondieron de inmediato a las llamadas, tratando de ayudar a los afectados, aunque las consecuencias de los bombardeos superaron las capacidades de la ayuda rápida debido a la magnitud de los daños. Según la información de la administración militar, las fuerzas enemigas bombardeaban intencionadamente los asentamientos, destruyendo las vidas de los habitantes y dañando las viviendas. Como resultado de los ataques con misiles y artillería, al menos 4 edificios de varios pisos y 19 viviendas particulares quedaron completamente o parcialmente destruidos, quedando sin techo y necesitando apoyo urgente para su restauración. Los ocupantes soviéticos también causaron daños materiales significativos a la infraestructura: dañaron gasoductos que abastecen de gas a las localidades, destruyeron instalaciones agrícolas, garajes, así como vehículos privados que estaban estacionados cerca de las viviendas. Estas acciones no solo profundizan la crisis humanitaria y provocan desplazamientos masivos de la población, sino que también aumentan el riesgo para la vida en la región. Las comunidades locales y los líderes militares hacen un llamado a extremar las precauciones y alertan a la comunidad internacional sobre el terrorismo sistemático organizado por los ocupantes rusos en Jersón. La situación sigue siendo tensa, ya que el enemigo mantiene ataques activos, intentando infundir miedo y destruir cualquier vestigio de vida civil en la zona en conflicto. Los defensores ucranianos destacan que todos los esfuerzos están dirigidos a proteger a los habitantes y restaurar la seguridad. Al mismo tiempo, aumenta el número de solicitudes a instancias internacionales para intensificar las sanciones y proporcionar ayuda para la recuperación de la infraestructura dañada, con el fin de restablecer la vida normal en los territorios bajo control ucraniano.