El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha reafirmado una vez más la posición invariable de su país respecto a la operación militar en el Sector de Gaza, dejando claramente en claro que el gobierno israelí no ve alternativa alguna a la continuación de las hostilidades hasta lograr todos sus objetivos
En su última declaración, realizada el sábado, enfatizó que el fin último de la campaña militar israelí es destruir la estructura de Hamas, liberar a todos los rehenes y garantizar la seguridad de los ciudadanos del país. Según afirmó el jefe del gobierno, las fuerzas israelíes actuarán tanto tiempo como sea necesario hasta cumplir estas tres tareas clave. Además, Netanyahu acusó al grupo palestino de rechazar la última oferta de intercambio — la liberación de la mitad de los rehenes a cambio de un alto al fuego humanitario. «No nos detendremos hasta alcanzar nuestro objetivo final: la eliminación completa de Hamas, la liberación de todos los rehenes y la garantía de que Gaza no represente más una amenaza para la seguridad de nuestro país», afirmó. Asimismo, en su discurso, el primer ministro reafirmó la postura inquebrantable de Israel respecto al programa nuclear de Irán, asegurando a los ciudadanos que se emplearán todos los medios posibles para impedir que Irán obtenga armas nucleares, ya que esto sigue siendo una de las principales prioridades de su gobierno en política exterior. En medio de estas declaraciones, aumenta la presión interna sobre las autoridades del país. Familias de rehenes israelíes, así como reservistas y exmilitares, expresan cada vez con más frecuencia su llamado a reconsiderar la estrategia y detener las acciones bélicas. Se quejan de que la escalada del conflicto y la dureza excesiva reducen las posibilidades de una solución diplomática. Además, los críticos políticos expresan su preocupació, debido a que las autoridades israelíes aún no han logrado establecer un camino diplomático hacia la reconciliación tras la ruptura del alto el fuego, que se mantenía desde el inicio del conflicto el mes pasado. Según datos operativos del ejército israelí, durante el pasado fin de semana se han eliminado en Gaza más de 40 combatientes de Hamas. También se reporta que el sábado se registró el primer caso desde el inicio de la nueva ola de guerra en el que un soldado israelí falleció; fue encontrado en el norte del Sector de Gaza — esta es la primera pérdida en este sentido desde que Israel reanudó oficialmente las operaciones contra el grupo palestino el 18 de marzo. Ahora, las fuerzas israelíes planean intensificar los ataques en todo Gaza, buscando crear amplias «zonas de seguridad» dentro de la franja, habitada por más de dos millones de residentes. Sin embargo, esta estrategia genera preocupación en la comunidad internacional debido a posibles agravamientos de la crisis humanitaria y a las víctimas civiles. Hamas, por su parte, insiste en la retirada de las tropas israelíes del sector, exigiendo volver al estatus previo al comienzo de las hostilidades y subrayando que tienen la intención de defender sus territorios por todos los medios. La escalada accidental o intencional del conflicto ha obligado a los mediadores internacionales a apresurarse con propuestas para un alto el fuego, aunque sin resultados significativos. Recordemos que, días antes, Israel aprobó en enero un acuerdo con Hamas respecto a un cese al fuego y la liberación de rehenes. Sin embargo, ya en febrero y marzo, actores internacionales, incluido Estados Unidos y su presidente Donald Trump, llamaron a reconsiderar dichos acuerdos debido a la incapacidad de liberar a todos los rehenes y a la falta de confianza en las promesas de Hamas. La reanudación de las hostilidades el 18 de marzo fue una continuación de esta tensión, y los esfuerzos de los mediadores internacionales siguen sin avances sustanciales. En conclusión, la situación en Gaza continúa complicándose sin cesar, y las perspectivas de una resolución rápida del conflicto parecen ser inciertas. Analistas ucranianos señalan que, pese a la política exterior rigurosa y los esfuerzos diplomáticos, la confrontación probablemente continuará, y lo peor — seguirá siendo víctima de ella la población civil de la región.