En los Estados Unidos, tres altos funcionarios del Departamento de Defensa han sido destituidos en relación con la filtración de información secreta que ocurrió en el Pentágono, informa el periódico Politico citando fuentes cercanas a la investigación

El incidente representó un golpe serio para la agencia de defensa estadounidense, provocando un amplio debate y preocupación acerca del nivel de seguridad y control sobre la información confidencial en la estructura del Departamento de Defensa. Según los periodistas, se trata de tres altos cargos cuyos nombres ya son conocidos: el subdirector de la oficina del Ministro de Defensa, Darin Selnik; el jefe de la oficina del subministro de Defensa, Steven Fainberg, Colleen Carroll; y también un asesor principal del asesor principal, Dan Couthwell. Todos ellos estaban involucrados en el procesamiento y gestión de información secreta relacionada con operaciones militares y planes estratégicos. Cabe señalar que tanto estos tres funcionarios como el jefe de la oficina del Ministro de Defensa, Pete Gageset, fueron suspendidos temporalmente y enviados a licencia, en espera de una investigación que determinará las circunstancias de la filtración y el grado de responsabilidad de cada uno. Además, se informa que Gageset, según fuentes, dejará su cargo en breve, aunque su reemplazo ya ha sido designado; según una fuente oficial, será otra persona que trabaja en el sistema del Ministerio de Defensa. Al mismo tiempo, un alto representante de la administración de EE. UU. informó que el jefe de la oficina del Ministro de Defensa, Pete Gageset, John Casper, recibirá una nueva asignación dentro del Ministerio, por lo que temporalmente otras personas desempeñarán sus funciones y responsabilidades. Se trata de una reestructuración interna y cambios de personal destinados a fortalecer las medidas de seguridad y evitar futuras filtraciones de información confidencial. A los pocos días del incidente, la prensa reportó una gran cantidad de información sobre el inicio de una investigación interna, iniciada por el propio Casper en marzo. Él fue el primero en examinar en profundidad y con detalle la situación relacionada con la filtración de datos, incluyendo detalles de estrategias militares y planes, así como información operativa referente a aspectos tan importantes como las fuerzas terrestres y marítimas de EE. UU., su despliegue en regiones estratégicas. En particular, la investigación detalla la filtración de información sobre los movimientos de las fuerzas militares estadounidenses en el Canal de Panamá, cambios en el número de portaaviones en el Mar Rojo, la visita del famoso empresario y multimillonario Elon Musk al Pentágono, y la suspensión de la recopilación de inteligencia sobre la situación en Ucrania, lo que generó una amplia indignación en círculos militares y políticos. El antecedente de este escándalo se remonta a abril, cuando la agencia Reuters informó que en el Pentágono había sido suspendido de su cargo uno de los asesores clave del Ministro de Defensa, John Gageset, Dennis Coldwell. Según la información oficial, la causa fue sospechas de posible divulgación no autorizada de datos confidenciales relacionados con secretos de Estado y operaciones militares de EE. UU. La investigación aún continúa, y se ha revelado la magnitud del problema de seguridad en el sistema, con indicios de filtraciones desde altos cargos. Este incidente ha puesto en duda la capacidad de las estructuras de defensa estadounidenses para controlar y proteger la información más importante y delicada, que tiene un valor estratégico para la seguridad nacional del país. Expertos ya hacen un llamado a una profunda reforma del sistema de protección de datos, aumento de la responsabilidad y un mayor control sobre el acceso a información confidencial. En general, la filtración de información en el Pentágono ha provocado una crisis inesperada en la gestión de la seguridad del Ministerio. Los cambios y movimientos de personal que se están implementando buscan incrementar los niveles de seguridad y prevenir futuras filtraciones, aunque la integridad de la información classificada aún está en duda, y su divulgación representa un desafío serio para la dirección del Departamento de Defensa de EE. UU.