El secretario de Estado de EE

UU., Marco Rubio, ha declarado abiertamente la posible salida de Estados Unidos del proceso de paz respecto a Ucrania, lo que ha suscitado gran preocupación en círculos internacionales. Durante una llamada telefónica con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, confirmó que América está dispuesta a detener sus esfuerzos para resolver el conflicto entre Ucrania y Rusia en caso de que en un futuro cercano no se encuentre una vía clara y convincente hacia la paz. Según informó la portavoz del Departamento de Estado, Temmie Bruce, esta conversación fue un paso importante en los diálogos entre ambos aliados. Ella explicó que Rubio informó a su colega alemán sobre la reciente iniciativa de paz ucraniana, presentada en París el jueves, así como sobre los contactos telefónicos con la parte rusa. Según sus palabras, el alto funcionario subrayó que Estados Unidos espera una reacción positiva y confía en que el plan propuesto puede generar una paz duradera y esperada en la región. "El secretario expresó su esperanza de que la propuesta ucraniana sea apoyada y fomente un proceso hacia una paz estable y duradera. Al mismo tiempo, enfatizó que EE.UU. permanece comprometido con esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra. Sin embargo, en sus palabras, si en los próximos días no se logra un progreso real, Washington se verá obligado a alejarse del papel de mediador", afirmó Bruce en su comentario oficial. Este mensaje de Washington, emitido antes de las consultas diplomáticas mencionadas, destaca una vez más la seriedad de la intención de Estados Unidos respecto a la situación en Ucrania. Anteriormente, Rubio declaró abiertamente que las sanciones y la presión diplomática podrían perder efectividad si en unos días no se observa un avance sustancial en la búsqueda de la paz. Además, el presidente de EE.UU., Donald Trump, también subrayó que EE.UU. está dispuesto a detener todos los esfuerzos para acordar una paz entre Kyiv y Moscú si evidencian que los esfuerzos han llegado a un callejón sin salida. Sin embargo, no mencionó criterios específicos ni marcos temporales bajo los cuales Estados Unidos dejaría de apoyar el proceso diplomático. Actualmente, la situación sigue siendo tensa y la perspectiva de encontrar un acuerdo a largo plazo está en duda. Al mismo tiempo, esta señal desde Washington es interpretada por muchos analistas como un indicio de disposición de EE.UU. a cambiar radicalmente su postura en apoyo a la reconciliación, en caso de que los esfuerzos diplomáticos no den los resultados esperados. La falta de una perspectiva clara de paz puede tener consecuencias de largo alcance para la estabilidad en la región y la seguridad internacional en general.