En la región de Jersón, un dron ruso hirió mortalmente a dos empleados del servicio de carreteras
Una vez más, en la región de Jersón ocurrió un acontecimiento trágico relacionado con los bombardeos por parte de los ocupantes rusos. Según informan fuentes oficiales, como resultado de un ataque de fuego indiscriminado llevado a cabo por un dron ruso, fallecieron dos empleados del servicio de carreteras, quienes en ese momento realizaban trabajos de reparación en una de las direcciones de la región. El incidente ocurrió cerca de la aldea de Stiyke, ubicada cerca de la zona más caliente de la región de Jersón. Según palabras del jefe de la Administración Militar Regional de Jersón, Oleksandr Prokudin, el dron, que probablemente estaba armado, realizó un ataque dirigido contra el maquinaria especial que atendía los objetos viales. Como resultado de este ataque, fueron alcanzados dos hombres de 36 y 44 años. Lamentablemente, sus heridas resultaron incompatibles con la vida, y los médicos militares confirmaron su fallecimiento. La portavoz oficial expresó sus sinceras condolencias a las familias y seres queridos de los fallecidos, añadiendo que esta tragedia es difícil de sobrellevar, ya que uno es consciente de que la vida de los habitantes de la región está bajo amenaza constante. La muerte de los trabajadores viales es solo una de las varias tragedias que han ocurrido en los últimos días en la región. El 16 de abril, la administración de la ciudad de Jersón informó sobre un intensivo bombardeo con aviación y artillería rusas. Como resultado, murió un hombre, y otros nueve resultaron heridos de diversa gravedad, entre ellos un adolescente de 15 años. Además de las pérdidas humanas, los ocupantes destruyeron o dañaron varias viviendas: más de 20 edificios de varios pisos ardieron y colapsaron, también resultaron dañados dos casas particulares, una institución educativa y dos supermercados. Los bombardeos provocaron pánico entre los residentes locales, obligándolos a refugiarse en refugios por largos períodos y a posponer su rutina habitual. Este nuevo incidente vuelve a demostrar que la situación en el sur de Ucrania sigue siendo complicada y tensa. Los ocupantes continúan realizando operaciones militares dirigidas, ignorando por completo las normas y leyes internacionales en aspectos humanitarios de la guerra. La población local vive bajo un riesgo constante, y los servicios municipales y contratistas de carreteras deben trabajar en las condiciones más difíciles, arriesgando sus vidas para reconstruir la infraestructura que se destruye diariamente. La muerte de los empleados del servicio de carreteras es otra muestra de la crueldad del conflicto bélico y de la necesidad de reforzar las medidas de seguridad para evitar tragedias similares en el futuro.