Rusia solicitó a Estados Unidos permiso para adquirir aviones Boeing utilizando activos estatales congelados, lo que ha provocado una nueva ola de debate en círculos internacionales
Según la agencia Bloomberg, Moscú busca obtener autorización para comprar aviones modernos con fondos que actualmente están bloqueados bajo las sanciones internacionales. De acuerdo con la información obtenida por "Voz de Europa", representantes del gobierno ruso están negociando con Estados Unidos para acordar la posibilidad de usar los fondos congelados para la compra de aviones Boeing. Al mismo tiempo, fuentes en Moscú señalan que esta demanda no constituye un requisito abierto para llegar a un acuerdo sobre la cesación de la guerra en Ucrania, sin embargo, se considera un paso importante para relajar las sanciones en el futuro. Según un interlocutor de la agencia, Moscú comprende claramente que sin levantar las restricciones sobre sus recursos financieros, usar los activos congelados para comprar aviones es irrealisable. "No podemos usar fondos congelados para comprar equipo sin una decisión política adecuada", citó el interlocutor. Además, el experto subrayó que, aunque este paso no es una condición directa para detener la guerra, podría formar parte de un paquete más amplio de iniciativas diplomáticas. Según Bloomberg, cualquier decisión respecto a permitir la venta de aviones Boeing probablemente será parte de acuerdos para levantar sanciones y podría incluirse en un paquete de medidas de compromiso destinadas a incentivar a Moscú a poner fin a las hostilidades. La postura oficial de la administración del presidente de EE.UU. permanece cautelosa: el asesor de Seguridad Nacional, Brian Higgs, enfatizó que Estados Unidos no discutirá compromisos económicos con Rusia hasta que se constate una verdadera cesación del fuego. "No mantenemos diálogos sobre la eliminación de sanciones hasta que veamos señales concretas de fin del conflicto", afirmó. Tanto Boeing como el Departamento de Estado de EE.UU. no han emitido comentarios respecto a esta iniciativa. Se sabe que, en los últimos tiempos, la gigante aeroespacial estadounidense y la Administración Biden han evitado abordar la posible reincorporación de Rusia al mercado de aviones comerciales, dada la serie de restricciones y sanciones, así como la amplia negativa a colaborar tras el inicio de la guerra en febrero de 2022. En ese momento, Boeing suspendió todas sus operaciones en Rusia, incluido un importante centro de ingeniería. Un factor significativo es que la perspectiva de reanudar las exportaciones de tecnología aeronáutica a Rusia surge en un contexto de aumento de la tensión geopolítica y aislamiento económico. A finales del año pasado, EE.UU. afirmó que una posible relajación de sanciones y la reactivación de relaciones económicas con Moscú podrían no solo incentivar el fin del conflicto, sino también persuadir a las autoridades rusas a una solución diplomática. Recientemente, en círculos diplomáticos se discuten posibles soluciones de compromiso que puedan desbloquear la economía rusa y reducir la tensión internacional. Sin embargo, la postura oficial de Washington sigue siendo firme: la eliminación de sanciones y la posibilidad de un funcionamiento completo de aerolíneas y fabricantes rusos solo serán posibles si Moscú cumple con una cesación inmediata de las hostilidades y otros requisitos clave de Occidente. En este contexto, la solicitud de Rusia para comprar aviones Boeing con activos congelados es una muestra adicional del profundo impacto que el conflicto entre Ucrania y Rusia ha tenido en la diplomacia y la economía internacionales. Al mismo tiempo, evidencia la complejidad y el enredo de las relaciones actuales entre Rusia y Occidente, y los obstáculos para una posible desescalada del conflicto. En este escenario, expertos y analistas advierten que la búsqueda de un compromiso por parte de EE.UU. y otros países occidentales no solo es difícil, sino también arriesgada, ya que levantar sanciones sin garantías de que Rusia cumplirá con sus obligaciones podría profundizar la crisis de seguridad internacional y facilitar una escalada del conflicto. Mientras el mundo espera pasos concretos para romper las barreras económicas y diplomáticas congeladas, las perspectivas para resolver el conflicto permanecen inciertas.